A un policía y su novia se les echa encima un camión. Ella muere y él pasa por un infierno; la recuperación milagrosa de Pablo no sólo sorprende a médicos y familiares, sino que llama la atención de algo no humano, que busca al ladrón de sangre. Supuestos zombies siembran el pánico en las calles de las principales ciudades del mundo.
El mundo espiritual está patas arriba y Pablo lucha contra su nueva personalidad mientras intenta vivir un día más y resolver el caso. Novela intensa, ambientada en Madrid, Zaragoza y París, que mantendrá al lector en vilo. Basada en investigaciones médicas reales.
Formato: Tapa blanda / Ebook
Sobre el autor: Santiago Morata
... Y le llega el turno, de nuevo, a un título de la editorial Alfar, hasta ahora sello que ha regalado buenos momentos de lectura. Cuando tomo el volumen de 582 páginas y lo huelo, me entran ganas de comenzar con la tarea encomendada. Atractiva portada y una buena ejecución. Se trata de El ADN del Diablo, de un hasta hora desconocido para mí Santiago Morata, maño, autor de hasta siete novelas sin contar la que paso a devorar. Parece que eso de "devorar" viene como anillo al dedo porque desde el primer momento me encuentro con un argumento en el que se aborda el tema sobrenatural, la visón de la muerte como una aduana a otro mundo y la presentación de un espíritu cuyas intenciones desconciertan un poco. Es entonces cuando comienzo a conocer a Pablo, un policía de segunda línea, a Felipe, su "cuñado", compañero y amigo , a Luna, su hija, a Nieves, su exmujer, a Luis, el marido actual de esta, a Marta, la pareja de Pablo en un sospechoso y elíptico accidente que es sobreentendido y... Hasta aquí puedo contar de momento.
Se trata, y ya me van conociendo, de todos los ingredientes para atraparme. Pero en cambio ese cautiverio no se produce. El modo de narrar me resulta chocante y la ficción me parece que está demasiado forzada. Es entonces cuando me documento y me sorprende encontrarme con la afirmación de que se trata de una novela basada en investigaciones médicas reales. Soy médico y me recrimino a mí mismo no reconocerme en las aseveraciones. Prefiero hacer como si no hubiese leído esa reseña y continúo con mi trabajo de destripamiento. Poco a poco comienza a animarse la cosa con las aventuras del protagonista, que se desplaza de su Zaragoza natal (¿casualidad?) a París con el propósito de investigar a un conjunto de clínicas en las que parece que se están desarrollando ensayos que atentan contra la ética. Es la hora de que aparezcan unos "zombis" bastante peculiares y de que distintas fuerzas pugnen por hacerse con la sangre de un Pablo que, incrédulo, sufre una metamorfosis inesperada, desarrollada a lo largo de los capítulos. Solo me queda por ver que aparezca el vampirismo y la licantropía para que... Coño, que aparecen, y no en un segundo plano.
Pues sí, la novela tiene de todo, una ensalada bien aliñada pero cuyo sabor no será del gusto de todos por la complejidad de su mensaje y sus extraños giros, pero hará las delicias de los amantes de esta ficción sangrienta a la que le son regaladas múltiples citas de lord Byron y algunas canciones, sobre todo aquella en la Swing se confiesa vampiro en la avenida del Bourbon.
Reconozco que hubiese bautizado a la novela con otro título, pero el que tiene es más atractivo que el que le hubiese puesto.
Decido en este momento acercarme a Santiago Morata a través de las redes y lo veo como un individuo emprendedor interesante. Parece que tan solo se trata de que la historia no me engancha con la fuerza que deseo, y con el propósito de cambiar de actitud enfilo el tramo final en el que consigo las respuestas que buscaba menos el modo en el que Pablo consigue Dinero y el secreto de enamorar a su amada Claudia en tan poco tiempo.
Pero siempre queda París, y parece que Morata la conoce bien. Ahí me ha dado fuerte. También es la Ciudad de las luces uno de mis amores y si penetramos en el barrio latino...
El ADN del Diablo es una trama en la que no pueden dejar de aparecer satanistas, exorcistas y fuerzas elitistas que pretenden dominar el mundo buscando nada más ni nada menos que la inmortalidad. El precio es alto y el juego lo suficientemente alto como para que la vida se convierta en moneda corriente de cambio.
El formato "diario" parece funcionar en tan extensa narración, y así veremos transcurrir los días, ya sea en Madrid, Zaragoza, París Londres o Berlín en las que la lucha de Pablo contra ese monstruo con el que convive en su interior parece no tener final.
Termina la lectura y le pego la etiqueta de "entretenido" y aún no sé si me equivoco por exceso o defecto. Lo cierto es que es un libro curioso que debe ser leído para sacar conclusiones y que solo la presentación de cada ejemplar merece la pena.
Supongo que este extraño sabor de boca que no sé definir se apagará al leer otra novela del autor y entonces puede que me encuentre en nuevo aprieto pues me consta que CAT, el día de la Guerra es un título con el que hacerme, sin detrimento de otros tantos que han conseguido a Santiago Morata hacerse con una legión de seguidores que puede que no me den su beneplácito.
Recomiendo echar un vistazo al catálogo de Alfar y así completo el ciclo. Estoy seguro de que comprobarán que esta editorial sevillana sabe trabajar, y sé lo que me digo.
Francisco Javier Torres Gómez