El adversario

Publicado el 10 septiembre 2010 por Icíar
Escritor: Emmanuel Carrére
Según Wordreference, el anticristo es: “el nombre que da el evangelista san Juan al misterioso ADVERSARIO que antes de la segunda venida de Cristo intentará seducir a todos los cristianos y apartarlos de su fe”.
EL ADVERSARIO,  es el título para mí acertadísimo que el escritor ha elegido para dar nombre a la historia real (no estamos ante ninguna fantasía), de Jean-Claude Romand. El hombre que en la mañana del 9 de enero de 1993 asesinó a su mujer e hijos; después con tranquilidad visita a sus padres, y después de ¡comer! los mata también; para a continuación viajar a París, para ¡cenar! (otra vez comiendo) con su amante y matarla también. Regresa a su domicilio, donde estaban los cadáveres de su mujer e hijos, le prende fuego a la casa estando él dentro, y con la mala fortuna de que NO muere.
Jean-Claude, era conocido por todos como un médico respetable que trabajaba en el departamento de investigación en la OMS, y cuando digo conocido por todos, incluyo a su mujer, hijos y amigos íntimos, alguno de ellos, amigos desde la universidad.
Pero resultó no sólo no trabajar en la OMS como médico, sino que ni siquiera era médico. Lo asombroso del suceso, es el misterio de que la historia de esta gran mentira hubiese podido durar tantísimo, cerca de 18 años, ¿cómo puede ser? cuando sin embargo, tras el incendio, estando Jean-Claude en coma, unas simples llamadas, desmontarán la asombrosa gran impostura.
Es pues la historia de la mentira en sí. He creído entender que título EL ADVERSARIO no va dirigido al individuo en sí, sino a esos mecanismos internos, a ese lenguaje interior que hace que uno pueda instalarse en una gran falsedad y hacer de la mentira la base de su misma existencia. En ese sentido el libro sería la hipérbole de lo que en mayor o en menor medida pudiera existir en todos nosotros. Salvando, por supuesto, muchísiiiiiiimas distancias.
A partir de aquí el libro nos cuenta cómo consigue los medios económicos para llevar su tren de vida; qué es lo que hacía en esas supuestas horas de un trabajo inexistente, y la decisión cruel de acabar con todos al ver que la gran impostura ya no podía aguantarse mucho más.
Luego estamos nosotros y nuestras reacciones ante el horror : por una parte la postura beata, del que cree que existe realmente un nuevo empezar para esa persona, un arrepentimiento cristiano, y sin olvidar el regocijo amoroso en estos beatos testigos o partícipes del supuesto cambio en el individuo en cuestión; y luego la postura del que piensa en el espanto de que un sujeto así “se deje acunar por los discursos angelicales sobre la infinita misericordia del Señor y las maravillas que Él operaría en su alma”, que no es otra cosa que darle un recurso psicológico para la creación de otra nueva mentira en la que basar su existencia.
Por eso, acabo con esa frase que dice el escritor, cuando el sujeto ya encarcelado, cree encontrar un nuevo sentido a su existencia: “cuando la certeza de ser amado, a pesar de todo, hace que rueden por sus mejillas lágrimas de alegría, ¿no sigue siendo EL ADVERSARIO quien le engaña?” Pues sí, creo que sí.
En fin, decir que el libro me produjo dolor de barriga, y eso es el síntoma físico que salta cada vez que pienso en él.
Una desagradable coincidencia: Este libro lo he leído tras volver de las vacaciones. Y ¡cuál fue mi sorpresa cuando vi que conocía casi todas las ciudades y lugares por los que se movía!, porque …. ¡eran precisamente algunos de los lugares que habíamos estado visitando en las vacaciones!¡menos mal que no lo leí estando de viaje!