El agarre en el ciclismo de montaña cuando el terreno está muy seco

Cuando el terreno está excesivamente seco el agarre de nuestra bicicleta de montaña puede verse seriamente comprometido, sobre todo en las curvas. Vamos a ver cómo podemos evitar en la medida de lo posible esta pérdida de adherencia.

Presión en los neumáticos

Si el terreno está muy seco y suelto es un error llevar demasiada presión en los neumáticos. Al ir demasiado inflados tendrán menos superficie de contacto con el terreno, por lo que el agarre será inferior que con menos presión.

Esto sobre todo lo vamos a notar en las curvas y en las ascensiones que tengan mucha pendiente. En el caso de las curvas esto lo vamos a notar sobre todo en el nuemático delantero. Si va muy inflado perderá adherencia, y como inclinemos en exceso la bicicleta nos iremos al suelo.

En el caso de una excesiva presión en el neumático trasero lo vamos a notar en ascensiones con mucha pendiente. Al pedalear con fuerza en este tipo de ascensos puede que se pierda tracción de la rueda trasera. Esto se acentuará si pedaleamos de pie.

Por lo tanto en estas condiciones lo ideal es llevar una presión más baja de lo habitual en los neumáticos.

Uso de los frenos

En terrenos con poco agarre tenemos que ser muy cuidadosos con los frenos, sobre todo con el delantero.

Lo reocomendable es realizar frenadas muy suaves y progresivas, siempre sin llegar al límite de agarre del neumático delantero. Si nos pasamos con la frenada, el neumático delantero se bloqueará y nos iremos al suelo.

Posición del cuerpo

Es muy importante para con seguridad, que la distribución del peso sobre la bicicleta sea correcta. En general es recomendable en bajadas pronunciadas desplazar el peso de nuestro cuerpo todo lo que podamos hacia atrás.

Pero cuando hay poco agarre tenemos que tener cuidado, ya que si nos echamos para atrás en exceso, la rueda delantera perderá mucho peso y por lo tanto habrá más posibilidades de que se bloquee.

Por lo tanto hay que repartir el peso de forma equitativa, echando nuestro cuerpo hacia atrás, pero no en exceso, para seguir teniendo agarre en la rueda delantera de la bicicleta.