" Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido"... sabias palabras de algún hombre o mujer que seguramente pasó por algo similar que o que he vivido hace apenas un par de horas.
En mi casa el refrigerador casi siempre está vacío -si, clara realidad, pero no es queja-, así que todos en la casa hemos tenido que aprender a hacer suculentos platillos con los sobrantes de comidas pasadas, comida cruda en pequeñas raciones y los sobrecitos de condimentos que inundan la parte de la puerta que da al interior.
Cuando el refrigerador definitivamente no da para más, generalmente busco alguna excusa para ir a la casa de un amigo y semi-hurgar entre sus galletas, sopas instantáneas y cereales. A veces eso calma el hambre -o gula-.
Esta ocasión, lamentablemente ya no fue la comida.
El refrigerador estaba lleno. No tenía porque quejarme. El problema ahora era el agua.
Nunca me había dado cuenta de lo valiosa que es el agua en la casa. Tanto la de la llave como la de consumo humano.
En cuanto me enteré que se había acabado el agua y sólo quedaba la que yo tenía en mi vaso, me la tomé rápidamente y me empezó a dar muchísima sed.
Me imagino que ha de ser algún efecto psicológico de escasez. El hecho de saber que no hay agua e inmediatamente sentirme perdido por no tener agua, haciéndole guiños a la idea de "morirme de sed".
Me sentía angustiado. No tenia dinero para ir a llenar el garrafón, solamente tenía la ilusión de que llegara alguien y me dijera "vamos por agua". Pero nadie llegaba.
Busqué para ver si no había otro garrafón o alguna botella con agua para poder prepararme en caso de que me diese un posterior ataque de sed.
Minutos después fui a comprar algo de comer, y preocupado por mi hambre ahora, olvidé que ya no tenia agua, así que cuando llegué a casa de nuevo volví de nuevo a la realidad y me estresó el hecho de que al haber salido no compré agua.
No tenía sed, nunca la tuve. El simple hecho de que no había agua seguía moviendo mis neuronas y estresando más mi ser.
Curioso, pero real.
A veces, uno se da cuenta de que algo le falta y se enfoca en recuperarlo o en cubrir esa necesidad, más que en pensar si es que acaso vale la pena preocuparse por ello. O algo así.
Fue un experimento curioso, ya que me llamó mucho la atención el darme cuenta como reaccionamos y como la mente a veces nos domina y nos hace crearnos necesidades extremas a partir de necesidades básicas que en ese momento alcanzamos a cubrir, pero que nuestro organismo o nuestro cuerpo cree que ya no será posible cubrir en el futuro.
Posiblemente así suceda con muchas cosas en la vida: el hambre, la sed, el amor.
No lo sé, simplemente es un fenómeno curioso para observar.
El agua es el elemento más importante del mundo
Publicado el 15 agosto 2020 por Foro Universitario @forouniversTambién podría interesarte :