El aguijon de hierro de Oícaro

Por Eloisaodiosa


Elodio oye la orden del Duque y abre los brazos al Universo.
Los soldados la empujan y a empellones la conducen a la prisión.
Ella camina con los brazos abiertos ,  está dando  un mensaje.
Su rostro no indica nada y baja escaleras en los sombríos y húmedos pasillos ...
Ella ha violado la ley del Duque y ella sabe que su destino depende de su fortaleza.
La crueldad del Duque se ve fustigada ante el poderío de Elodio y él , con su extravagancia y orgullo herido acrecienta su locura y despotismo. Es de noche y el frío cala los huesos mientras bajan las escaleras del Castillo.






El anciano yace a un costado de la cámara de tortúra.
No respira y Elodio en su interior presiente su muerte ; otra víctima más de la violencia y el atropello.
Mientras Elodio yace colgada de la viga del techo se escuchan pasos por los pasillos y fuertes pisadas y el ruido de voces y risas.
Es el Duque y Principes que aún andan muy curiosos con ella. Ruido de llaves y quedan perplejos ante lo que ven sus ojos.
Elodio esta desnuda , bañada en sangre. Sus cabellos claros como el sol ahora es roja estopa que gotea el liquido sanguinoliento.
Su cabeza fleccionada hacia atrás , su carnosa boca escupe sangre .
El Duque se acerca y optimiza el espectáculo; una bofeteada en el rostro y con un hierro que trae en sus manos golpea sus manos , es la respuesta al agravio  que Elodio ha cometido.
Ella vuelca su cabeza para observar a su agresor y su mirada transmite el deseo de hundirle en el rostro la daga que hasta hace momentos tenía. Sus manos se impulsan con fuerza para salir del tormento y dar un zarpazo .Un grito sale de su boca y le dice al Duque :
.- Como puedes atreverte a hacerme esto ?
Temeroso el Duque da un paso hacia atrás.
La fuerza de Elodio va en aumento . El carcelero a la orden del Príncipe , comienza a golpear la espalda de ella con un látigo de cuero y púas de plomo.
Esta actitud llena aún mas de aturdida y monstruosa crueldad al Duque.  Elodio  lo contempla con su rostro bañado en sudor y sangre . Da la orden a su mente ,  de sacudir sus miembros y salir , con retorcidos movimientos de cuerpo y brazos , del tormento que su ser sufre.
El carcelero comienza a dar pasos atrás . Otros verdugos lo imitan
El Príncipe y el Duque temen ahora el derrumbe de la viga del techo.

El Anciano que a un costado de la cámara de tortura , yace inerte ,  de sus pies emergen enjutas ramillas de madreselva , que va trepando los muros.
Los ojos del Anciano se abren y mira a Elodio.
Ella encuentra en ese atisbo ,  la contemplación que conduce a la confianza . 
Mientras huyen despavoridos , carcelero , verdugos , Príncipes y el Duque .
Van cediendo poco a poco las columnas de las celdas . Las vigas se desprenden como cáscaras y con extrema suavidad , Elodio se desliza  y saca sus manos de la cadena que la sujetan. El anciano ilumina con sus ojos ,  todas  las celdas. Atraviesa los muros  con una luz , conducida y potenciada que solo en el Cosmos desconocido utilizan .
Dos seres en las penumbras ,  dos seres torturados , súbditos de la verdad  ,  ahora se potencian y el Anciano le demuestra con imágenes mentales , el camino . 
El extraño sentimiento de una forzada necesidad  le hizo a Elodio  que esa historia se repite una y otra vez.
Es una  exagerada sensación y hasta ese momento siente que no se cumple su camino . El camino es otro.
En medio de tanto polvo de columnas que van colapsando ,  la madreselva que cubre los pasillos y poco a poco se introduce por ranuras y orificios buscando salidas.
Las celdas ahora  silenciosas pues los habitantes , solitarios seres acumulados durante años y olvidados por la historia y sus familiares que los creen muertos ,  deambulan entre el polvo, buscando salir con vida.
El Anciano prevée la situación y protege.
Elodio busca en el , protección y consejo.
Esta aturdida y siente que debe buscar la respuesta y el Viejo Ser la conduce de la mano en silencio por los pasillos de la prisión .
No muy lejos , una luz se vislumbra como un portón de centellas y una luz que se refleja escurriendo luminosidad por todos los sectores.
Le señala el camino ,  Elodio comprende y camina . Al abrir ese portal entre lo extraño y conocido debe encontrar la clave del misterio que rodea su continuo regreso al lugar de los suplicios.

En el fondo de las aguas del Canal Mayor ,  yace la cabeza de Oícaro .
El agua se encrespa al roce de su cabeza y burbujea . 
En su casco , que aprisiona la cabeza  , sobresale un aguijón. De los huecos del casco una mirada de execración parpadea y sus ojos despiden hiel que convierte al agua en una horrible contaminación.
Repugnante y miserable ahora tiene un poder sobre Elodio.
El casco de oro y plata resplandece bajo la superficie del agua y va tomando formas separadas y clonando el aguijón de hierro  en aguijón de madera.
Con el peso menor ,  puede flotar y con sus mezquinos pensamientos da poder y fuerzas al impulso ; ese pensamiento ,  en la superficie , forja la figura de su cuerpo que aún yace sobre la borda del navío ,  sobre un charco de sangre y rodeado de la tripulación que yace alborotada y sin capitán.
Continuara en el próximo capítulo
EloisaoDiosa.