El alcornoque de los muertos. una investigación del sargento carmelo domínguez

Publicado el 24 enero 2017 por Aleon @Aleonpizarro
de Fernando Roye.

Título: El alcornoque de los muertos.                                                    Una investigación del sargento Carmelo DomínguezAutor: Fernando RoyeEditorial: Sinerrata, 2015Páginas: 234.
SINOPSIS.
Los ánimos están encendidos en el pueblo de Santa Honorata a causa de un grupo de distinguidos ciudadanos y su enfado ante la humillación que les reporta una serie de muñecos que han aparecido colgados en el alcornoque de los muertos, en los que se ven representados. En medio de crecientes rumores de que uno de los más peligrosos maquis de la zona ha regresado del otro mundo para amenazar la tranquilidad del pueblo, el sargento Carmelo Domínguez se ve presionado para iniciar una investigación, al mismo tiempo que se enfrenta al inesperado desafío con el que el mayor de sus seis hijos está haciendo temblar la paz familiar. 
Asistido por sus singulares métodos de deducción, Carmelo se dispone a desenredar una trama en la que no faltan oportunistas, presuntuosos, bandoleros, mentiras, venganzas y otras miserias.
El alcornoque de los muertos es una novela rural de género negro ambientada en el sur de España de los años cincuenta del siglo pasado, a través de la cual podremos ser testigos excepcionales de las peculiaridades de este entorno y la vida en una casa cuartel, acompañados por este sargento de mirada extraña y sus demás residentes, no menos especiales.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Ya comenté cuando realicé la reseña de la novela anterior de este autor, El caso de la mano perdida que si algo caracteriza esta serie de novelas donde el protagonista investigador, es Carmelo Domínguez, un Guadia Civil en la España profunda de Sierra Morena en los años 50, es precisamente este curioso personaje al que todo el mundo llama El Hechizado porque tiene un ojo de cada color y una mirada peculiar y la ambientación que el autor refleja de la época en un pueblo ficticio como Santa Honorata, en plena sierra jienense.
Carmelo Domínguez es un Guardia Civil que reside en un viejo cuartel de la posguerra española. Son los años del hambre, del miedo, del secretismo y la ocultación por parte de un pueblo que calla y esconde para evitar represalias y que pelea cada día por un trozo de pan y queso sin saber si al día siguiente va a contar con algo para comer. Se vive y se sobrevive día a día y todo queda dentro de la familia, sobre todo, si hay alguna actividad que haya que ocultar a los que mandan (el alcalde, el maestro/a, el cura, el médico, ...) y a la Guardia Civil del momento, que suele tener el gatillo fácil. También es la época del odio y de la espera de los más valientes, los que esperan el momento de rebelarse de nuevo contra el orden establecido a la menor ocasión, los que desde la miseria disimulan su compromiso político y su lucha en la sombra a favor de un orden social diferente al que le abocado una dictadura impuesta por las armas.
En este entorno tan cerrado, tan opaco y tan lleno de silencios y ocultaciones es donde se sitúa la acción de este Guardia Civil. Carmelo Domínguez es honrado y justo, algo que no se puede decir de algunos de sus compañeros que claramente abusan de su poder. Es además un investigador sagaz que paso a paso va desentrañando el caso de forma deductiva. Lo que más me gusta de él es que nos va comunicando a los lectores lo que él va deduciendo muy poco a poco lo que te obliga a ti, como lector, a ir haciendo cábalas y composiciones, las mías casi siempre erróneas, hasta que puedes ver según avanzas como él llega al esclarecimiento del caso por un camino que nunca hubieras imaginado. Es un tipo muy inteligente que interpreta lo que tiene delante de forma totalmente diferente al resto de sus compañeros y de la opinión que va corriendo por el pueblo donde es muy sencillo acusar sin ningún fundamente y basándose en rencores pasados y odios enquistados.
La trama del caso que le ocupa en esta ocasión es un caso muy peculiar, algo que caracteriza a este autor desde la novela anterior y que vemos reflejado claramente en los títulos de las novelas. Si en la novela anterior era una mano perdida de un muerto, en esta ocasión, el caso comienza con la aparición de una serie de muñecos que van apareciendo ahorcados en un alcornoque con historia propia. Muñecos que representan claramente a las autoridades del pueblo y que se interpretan como una amenaza a estos personajes de renombre. Y todo ello hasta que aparece el primer cadáver de verdad y Carmelo ha de dar al caso la importancia que merece, a la vez que en su propia familia se encuentra con el típico problema de que su hijo mayor quiere dejar los estudios para ponerse, a una corta edad, a trabajar en contra del interés de sus padres para que progrese en la vida continuando con sus estudios, algo que sin duda, le dará una ventaja en el futuro.
En resumen, me ha vuelto a encandilar este autor. Sobre todo, esa habilidad para transportarme a los años 50 en un entorno tan rural donde la gente del lugar más que vivir, sobrevive haciendo de la necesidad, virtud. Un nuevo caso sumamente original que unido al entorno en el que se desarrolla lo convierte en una novela bien negra por la realidad de las circunstancias que refleja.
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