Título: El alcornoque de los muertos. Una investigación del sargento Carmelo DomínguezAutor: Fernando RoyeEditorial: Sinerrata, 2015Páginas: 234.
SINOPSIS.
Los ánimos están encendidos en el pueblo de Santa Honorata a causa de un grupo de distinguidos ciudadanos y su enfado ante la humillación que les reporta una serie de muñecos que han aparecido colgados en el alcornoque de los muertos, en los que se ven representados. En medio de crecientes rumores de que uno de los más peligrosos maquis de la zona ha regresado del otro mundo para amenazar la tranquilidad del pueblo, el sargento Carmelo Domínguez se ve presionado para iniciar una investigación, al mismo tiempo que se enfrenta al inesperado desafío con el que el mayor de sus seis hijos está haciendo temblar la paz familiar.
Asistido por sus singulares métodos de deducción, Carmelo se dispone a desenredar una trama en la que no faltan oportunistas, presuntuosos, bandoleros, mentiras, venganzas y otras miserias.
El alcornoque de los muertos es una novela rural de género negro ambientada en el sur de España de los años cincuenta del siglo pasado, a través de la cual podremos ser testigos excepcionales de las peculiaridades de este entorno y la vida en una casa cuartel, acompañados por este sargento de mirada extraña y sus demás residentes, no menos especiales.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Ya comenté cuando realicé la reseña de la novela anterior de este autor, El caso de la mano perdida que si algo caracteriza esta serie de novelas donde el protagonista investigador, es Carmelo Domínguez, un Guadia Civil en la España profunda de Sierra Morena en los años 50, es precisamente este curioso personaje al que todo el mundo llama El Hechizado porque tiene un ojo de cada color y una mirada peculiar y la ambientación que el autor refleja de la época en un pueblo ficticio como Santa Honorata, en plena sierra jienense.
En este entorno tan cerrado, tan opaco y tan lleno de silencios y ocultaciones es donde se sitúa la acción de este Guardia Civil. Carmelo Domínguez es honrado y justo, algo que no se puede decir de algunos de sus compañeros que claramente abusan de su poder. Es además un investigador sagaz que paso a paso va desentrañando el caso de forma deductiva. Lo que más me gusta de él es que nos va comunicando a los lectores lo que él va deduciendo muy poco a poco lo que te obliga a ti, como lector, a ir haciendo cábalas y composiciones, las mías casi siempre erróneas, hasta que puedes ver según avanzas como él llega al esclarecimiento del caso por un camino que nunca hubieras imaginado. Es un tipo muy inteligente que interpreta lo que tiene delante de forma totalmente diferente al resto de sus compañeros y de la opinión que va corriendo por el pueblo donde es muy sencillo acusar sin ningún fundamente y basándose en rencores pasados y odios enquistados.
En resumen, me ha vuelto a encandilar este autor. Sobre todo, esa habilidad para transportarme a los años 50 en un entorno tan rural donde la gente del lugar más que vivir, sobrevive haciendo de la necesidad, virtud. Un nuevo caso sumamente original que unido al entorno en el que se desarrolla lo convierte en una novela bien negra por la realidad de las circunstancias que refleja.
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