La bomba informativa caía nada más comenzar el evento, con un Shiguri visiblemente emocionado ante la magnitud de la noticia que estaba a punto de proporcionarnos: Square Enix venderá su alma, que estará disponible en la Appstore a un precio, según nos ha podido confesar, más que competitivo. Según palabras textuales del mismo, se trata del paso final de una estrategia comercial que, durante varios años, ha hecho que la compañía creadora de joyas como Final Fantasy IX o Chrono Trigger haya ido prostituyendo su marca más allá de todo lo posible.
"Si seguimos así, podremos decir con toda seguridad que Final Fantasy XIII habrá sido el mejor juego de la compañía durante la última década", ha dicho el propio Shiguri con un tono que se acercaba más a la amarga ironía que al orgullo. "Tenemos un equipo totalmente dedicado a buscar cualquier cosa que huela a antiguo en los cajones de nuestras oficinas para ver si podemos aprovecharlo y venderlo en dispositivos móviles. Son nuestros trabajadores más rentables."
Posteriormente, el ejecutivo ha aclarado que la versión del alma de la compañía disponible en la Appstore será un remake de la original ya que, según sus palabras "Square- Enix ya vendió su alma al diablo hace tiempo". Ha añadido que contendrá algunas modificaciones para hacerla más accesible a todo el mundo, y que contará con un sistema de micropagos para "añadirle chuminás".
Finalmente, ante la pregunta sobre una posible versión para dispositivos Android, Shiguri ha sido tajante: "Es un producto pensado para dispositivos Apple y encaja con el tipo de usuario de sus productos, ya que están muy acostumbrados a que les vendan humo". También ha descartado una versión para consolas portátiles tradicionales, alegando que están casi tan muertas como los RPG japoneses.
Los que reserven el producto antes de su fecha de salida podrán adquirir también distintos objetos para mejorar su personaje de Final Fantasy XIV, aunque no se han dado muchos detalles porque, según palabras del propio representante de Square- Enix: "A eso no juegan ni nuestras madres por pena".