El altablog

Publicado el 05 septiembre 2011 por Piniella
Bueno, los que tecleen la dirección de este blog habrán pensado que se han equivocado, quizás al ver al muchachito del altavoz recuerden el encabezado del anterior. Comencé con esto de escribir a no sabe uno quién, el 6 de febrero de 2008, acababa de abandonar la vida política activa como Concejal del PSOE en Cádiz y me dediqué a expulsar pensamientos más o menos correctos en las páginas de este libro virtual que llevamos entre ustedes y yo. He pasado por mejores rachas, por peores, he escrito cosas infumables, cosas más o menos interesantes, pero sobre todo, las cosas que en ese momento me pasaban por la cabeza, con el único filtro de no fallar al corazón. Es verdad que en principio pensaba que el blog iba a ser muy local, para cuatro amigos de Cádiz, ("...desde Cádiz"). Luego me asombré cuando entré en el ranking de los blogs de política del país (Wikio) en el que llevo dos años manteniéndome entre las cincuenta primeras bitácoras del país, gracias a los que me siguen y me aportan en sus comentarios el ánimo, la crítica o el aliento más cercano, el que huele incluso, pero te hace pensar que no estás tan solo. Como militante de un partido (PSOE), de un sindicato (CCOO), y de no se cuantas asociaciones (ATTAC, Greenpeace,... ) no he malvendido mi independencia por un carné y he intentado, como he dicho antes, permanecer pegado, con respeto claro, a lo que pienso y a mis convicciones. Precisamente por eso y dentro del dilema si escribir o callarte, he decidido seguir, pero cambiando el estilo visual y el nombre. Sigue el altavoz, pero disfrazado de altablog. Seguiré hablando de política, pero menos, aunque en el fondo hablar de casi todo es hablar de política, especialmente si la política es sentida y no un mero instrumento laboral. Así que no me vais a perder de vista, sigo aquí y sigo donde siempre. Me quedo con un grito que algunos más cercanos a mi conocen: ¡que se vayan ellos! Además, vienen momentos difíciles, tiempos de derrota y hay que prepararse para las barricadas, incluso las barricadas virtuales de la dignidad y la solidaridad. La frase de corolario en este blog ha cambiado, ahora es el genial El Roto el que me da su particular frontispicio: Tranquilo muchachos, los derrotados somos invencibles.