El Altar de Pérgamo. Museo Pérgamo, Berlín.

Por Jmbeltran @Beltran_JoseM

Tres museos en uno y donde brilla con luz propia la joya de la corona: el Altar de Pérgamo. Desde el lunes tendremos que esperar cinco largos años para redescubrir esta maravilla. 
Por José Manuel Beltrán.
¡Ya ha llegado la crucial fecha!, bien es cierto que ampliamente difundida con antelación. El próximo lunes, 29 de setiembre, la sala estelar del Museo Pérgamo y que acoge la joya de la corona: el altar de Pérgamo, será cerrada al público visitante durante cinco años para dar paso a unas importantes obras de restauración.
Es en este museo, encuadrado en una de las más bellas zonas de Berlín, “La isla de los Museos”, donde se ubican las obras de mayor emblema y de más antigüedad de todo Berlín, exceptuando a la “gran faraona Nefertiti”, cuyo busto se expone en el Neues Museum (Museo Nuevo), a pocos pasos del Pérgamo.
El Pérgamo es espectacular. Considerado como uno de los mejores museos de arquitectura del mundo, contiene valiosas piezas procedentes de Antioquia, Mileto, Babilonia, Pérgamo y otras regiones de la antigua Mesopotamia. Sin embargo tampoco podemos desdeñar otras valiosas piezas. En la planta primera, y dentro de lo que se denomina como Museo Islámico, nos encontramos con una joya patria (aunque para mí el arte no sabe de nacionalidades ni fronteras). Me refiero al techo, todo original, de la Torre de las Damas de la Alhambra de Granada. No podemos tampoco olvidar, y admirar, la preciosa y colorida Puerta de Ishtar, que formaba parte de la muralla interior de Babilonia o, la puerta del mercado romano de Mileto.
Escucho declaraciones de los responsables del museo. Se han estudiado variadas opciones a fin de no llegar al cierre total de la sala, principal atractivo de los más de 1,8 millones de visitantes con los que cuenta el museo anualmente. Sin embargo el gran deterioro producido por el moho y que también ha afectado a la estructura ha hecho inviable, también por motivos económicos, desmontar cada una de las piezas. No olvidemos que el museo no está hecho para albergar a las obras de arte existentes. Más al contrario, primero se trajeron las piezas y, después, se configuró la estructura del museo en función de estas. Es más, algunas forman parte intrínseca de la propia estructura.
La gran sala y el Altar de Atenea y de Zeus.
Impresiona, ya tan solo con entrar a ella. Uno parece como perdido ante la inmensidad de su superficie y se pregunta ¿cómo es posible que esto esté allí? ¡No estoy en un museo, estoy en la antigua Turquía, allá por el año 180 a 159 Ac.! Dedicado a la diosa Atenea, otros consideran que también lo está a  Zeus, fue trasladado y reconstruido en Berlín en 1.886. Son más de 35 metros de ancho por 33 de profundidad. Su impresionante escalera mide 20 metros y cuenta con 26 generosos escalones, que concluyen en una columnata de escasa altura. .
La parte más importante de este conjunto lo representa su podio, y los frisos allí representados. La lucha de los dioses contra los gigantes; las deidades, junto a sus animales, rechazando las brutales acometidas de los hijos de la Tierra; la gran conmoción cósmica que sacudió el principio de los tiempos, como lo describen algunos historiadores.
El Museo cerrará parcialmente sus puertas para el acceso a esta sala este próximo lunes, sin embargo te recomiendo su visita porque son más las cosas interesantes que disfrutar. Esperemos que los trabajos se desarrollen con la mayor de las celeridades porque todos saldremos ganando. De momento me quedo con las imágenes de mi retina y otras que también quiero compartir con vosotros, como siempre, con SALUD, ciudadanos viajeros. 

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