Se ha empezado a aplicar mediante acciones concretas en células somáticas de pacientes que padecen enfermedades monogénicas. Todas estas enfermedades se caracterizan por tener en común una alteración conocida puntual que afecta a una región corta del ADN del genoma.
Pero no es oro todo lo que reluce en la edición genómica. El profesor Jouve señala en la conclusión de su artículo el riesgo de pasar a aventuras transhumanistas, a base de instrumentalizar la vida y la naturaleza humana y a costa de eliminar embriones.