Una de las películas más esperadas de la temporada veraniega es El Amanecer del Planeta de los Simios. Esta película es la segunda entrega de la saga iniciada en 2011 con El Origen del Planeta de los Simios. Estamos ante una saga que funciona tanto como reboot y como precuela de la serie de películas que inició en 1968 El Planeta de los Simios (Franklin Schaffner) y, parece, que, como sucedió con aquella serie, la buena va a ser tan solo la primera.
Ha pasado una década desde que los simios capitaneados por César (Andy Serkis) se establecieron en un bosque cercano a la ciudad de San Francisco y, mientras ellos viven a salvo, la raza humana está luchando contra un virus devastador que ha diezmado la población mundial. Un grupo de humanos encontrará el hogar de los simios y, desde ese momento, la amenaza de conflicto entre ambas razas empezará a planear en el ambiente.
Tráiler de El Amanecer del Planeta de los Simios
El Amanecer del Planeta de los Simios venía avalada por un buen número de críticas positivas pero me da la sensación de que estos críticos y yo no hemos visto la misma película. A mí me ha parecido soporífera y previsible a partes iguales, sin ritmo y demasiado lenta. Ni siquiera el simio César (Andy Serkis), que era lo mejor de la anterior entrega, consigue darle emoción a un relato que carece por completo de ella.
Y, precisamente, uno de los grandes problemas de esta película es César. En la primera entrega, César era un personaje complejo al que veíamos evolucionar de manera totalmente creíble. No nos lo presentaban ni como héroe ni como villano, era un individuo realista que iba forjando su personalidad a medida que se enfrentaba a los diferentes desafíos que se le presentaban. Pero, en esta secuela, nos encontramos ante un César encasillado, él es el “bueno”, el héroe de la función y, lo peor, es que desde el primer momento sabemos que conflictos va a tener que afrontar, quién va a ejercer el rol de antagonista principal y de qué manera se van a solventar las situaciones.
Lo demás, en la misma línea de la primera entrega de la saga. A nivel técnico cumple con creces, el diseño de los simios sigue siendo lo suficientemente convincente y las escenas de batalla son bastante vistosas. Lo que pasa es que la película está tan carente de sentimiento que por mucho que el espectáculo visual sea digno, la percepción global de la película no mejora.
Lo peor que te puede pasar con la segunda parte de una saga es que no te interese saber el destino de sus protagonistas, y esa es mi sensación tras ver El Amanecer del Planeta de los Simios. Me da igual saber que va a ser de los simios o de los humanos, no me interesa su futuro ni tengo curiosidad por ver que les espera a los personajes que han sobrevivido a esta entrega así que, por mi parte, mucho van a tener que cambiar las cosas para que siquiera me plantee ver la tercera entrega.