Una mujer con problemas psicológicos descubre que su novio tiene un hermano gemelo. Después de la bellísima Frantz, en esta película vuelve el Ozon más creativo, provocador y desatado. Los protagonistas tienen fuerza interpretativa y carisma, y el director muestra hallazgos narrativos potentes, como el uso del museo en que Chloé trabaja como el reflejo de su estado de ánimo, o la presentación de la gemelaridad como un poético juego de espejos. Pero una vez cautivado el espectador, el director parece perderse en su propia historia, y los giros del guión pierden verosimilitud e interés. El resultado final es irregular, pero no carece de interés ni de belleza.Puntuación @cineEnCines: 7/10