El amor es un tema que les interesa a todos, un sentimiento que puede hacernos muy felices y también muy desdichados.
Amamos todo lo que nos interesa; nuestra familia, nuestro trabajo, nuestra casa, nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros amigos. Solamente nos interesa lo que amamos, porque no hay amor sin interés.
El amor le da sentido a la vida y ésta es placentera si tenemos capacidad de amar.
La depresión es la incapacidad para amar, dice Freud, principalmente no poder amarse a sí mismo.
El amor nos salva y nosotros tenemos que salvar al amor con el amor a la verdad y moderando el entusiasmo.
Los griegos tienen tres nombres para el amor: Éros, Philia y agapè.
Eros es la pasión amorosa, la necesidad de lo que nos falta, el objeto del deseo y del amor; lo que se quiere poseer, lo que nos hace sufrir; es el secreto de la pasión.
Pero el amor también es philia, o sea lo que no nos falta, lo que gozamos con alegría, el secreto de la felicidad. Philia es el amor de la amistad, o sea amar al otro por el bien del otro, el secreto de las parejas felices.
Aristóteles nos dice que amar es alegrarse y querer el bien de aquel a quien se ama.
El deseo es gozo en potencia, el amor es gozo.
Agapê es la caridad, es el amor al prójimo, a todos aquellos que no nos hacen falta ni que nos hacen bien, que no son nuestros amigos ni de quienes no estamos enamorados; pero que están allí y tenemos que amarlos sin pedirles nada a cambio, aunque sean nuestros enemigos.
Este es el amor que enseñaba Jesucristo, tan difícil de comprender; es el secreto de la santidad. Agapê es el amor universal, libre del ego, del egoísmo, de todo. Si Dios existe ese sería su amor hacia nosotros y si Dios no existe es lo que más acerca al hombre a ser como Él.
Estos tres tipos de amor son necesarios y están relacionados, para poder comprender que un amor lleva al otro, en el proceso de vivir.
Eros está en primer lugar, eso es lo que nos dijo Freud, el deseo del objeto amoroso; que antes sostuvieron también Platón o Shopenhauer.
Agapè es el fin; y philia es el camino, lo que transforma, lo que nos hace aprender a dar.
Eros es el amor que toma, que sólo quiere poseer, que goza y sufre; philia es amor que se alegra y sabe compartir, que quiere el bien de quien le hace el bien; y agapè, es el amor de la aceptación y de la protección, que da y que no necesita que le den.
Según el amor de Platón: Me haces falta, te amo.
Según el amor de Aristóteles y Spinoza: Te quiero porque eres la causa de mi alegría.
Según el amor de Simon Weil o Jankélevitch: Te amo como a mí mismo, como amo a todos, como nos ama Dios si existe.
Fuente: “Invitación a la filosofía”; Andre Comte-Sponville.