Acababa de terminar un libro que me había gustado muchísimo y de repente no tenía ni idea de qué libro empezar a continuación, así que finalmente me decidí por un relatito de Stefan Zweig, que siempre los encuentro deliciosos, pero lamento decir que es la primera vez que me he llevado una decepción con el autor.
El amor de Erika Ewald cuenta la historia del primer amor de Erika, una virtuosa pianista que se queda prendada de un violinista con el que le piden que toque una pieza. Pasean juntos, se muestran el uno al otro las hermosas piezas que componen, y esto es más que suficiente para la pequeña Erika que, aunque lo ansía, no está preparada para ser correspondida en su amor.
Realmente no entendí ese exceso de sensibilidad que hace a Erika ponerse a gritar y a sufrir cuando encuentra una pieza especialmente evocadora, o su rechazo al violinista una vez que él le confiesa que también está enamorado de ella. No entendí el relato ni me pareció que la protagonista actuara con naturalidad, así que solo puedo decir que no me ha gustado. Por suerte, es un relato corto y la prosa de Zweig sigue siendo la prosa de Zweig.