El amor después del amor

Publicado el 25 abril 2019 por Carlosgu82

No es fácil creer luego de muchos desengaños, lo que ocurre es que el tema está en creer en una misma. Porque si idealizamos a nuestro amado, en posición de amantes, corremos el riesgo de elegir desde una repetición que nos hace daño.

Cuando estamos en la posición de amadas, y el otro en posición de amante, también podemos sufrir por la pasividad del encuentro, tal vez no en una primera instancia de enamoramiento, pero sí en otras según las vicisitudes que corra la pareja.

Una de las cuestiones que más valoro con el paso del tiempo es el respeto, la mutua admiración, el cariño, la piel, el cuidado, del partenaire, recíproco.

Querer querer, querer ser querida, es una de las ilusiones de una mujer. Una ilusión que se transforme en real. Lo que tenemos que pensar es que esto no se da per-se. Se construye y reconstruye día a día. Se alimenta. Debemos cuidarnos del modelo de «nena caprichosa», «histérica», «superada», y entregarnos a alguien fiel, devolviendo esa fidelidad. El poder compartir momentos juntos no tiene precio. El valor, que siempre está en nuestras manos, debe ser cuidadosamente y cautelosamente custodiado, y que cada minuto sea bello, como una obra de arte.

La calidad del encuentro con el otro, la calidez, el buen trato, el buen momento sea donde sea, es lo que alimenta a una relación, entre otras cosas.

Quiero poder enamorarme y que se enamoren de mí de este modo, que sea recíproco, que dure, como las mil y una noches… Quiero poder contarle al oído un cuento a mi amado-amante, y dormir abrazados, sabiendo que al día siguiente vamos a volver a estar.

Sherezade le contó cuentos al sultán, hasta que éste se dormía, logró que no la mate, cambió el rumbo y el destino de otras mujeres. Generó una mutua satisfacción, a través de la lectura, del cuento sin fin, sin final, que atraviesa los tiempos. Y las distancias.

¿Es posible amar a la distancia?, ¿En la distancia?, ¿A pesar de la distancia?

¿Qué pasa cuando alguien no es constante?, cuando en un día, en horas, va cambiando de parecer o en lo que dice o envía?…..

Desconcierta, confunde, mantiene en estado de alerta.

Temo a esos hombres que se presentan como demasiado seductores y luego no pueden mantener esa impostura. Como tampoco nosotras, como mujeres podemos mantener una mascarada que caiga por ser sólo una infatuación, que no se puede sostener.

Si hiciera el recorrido de los pasos que dió un hombre hoy en su día, conectado o no a mí, asustaría a cualquiera. Prudencia, cautela, es lo que espero mantener, sin rechazar ni ser hostil, pero haciendo como la sabia Sherezade: contando de a poco, paso a paso, un cuento que no tiene un final, pero que tampoco se dejará estar para poder detectar qué hay de real detrás de las máscaras del sultán, y que no le pase como a las demás, ni como a la bella bailarina de los siete velos, donde allí el jeque o sultán de turno, no conforme con el quite de los velos que se iban sucediendo al compás de la música, quería más, y más, y más aún, hasta deshollar a la bailarina, porque lo que sólo quedaba era su piel. Que él no vio.

No hay que procurar la satisfacción ni la aprobación del otro. Basta con que cada uno y entre dos se produzca esta otra satisfacción.

PATRICIA INES BERRA. 9 DE JULIO. ABRIL DE 2019.