Esto nos enseña esta novela. El amor no es fácil en ningún caso. Ya sea un amor idílico y delirante, o un amor maduro y afectivo. Florentino Ariza en su juventud, y casi toda su vida, ama a Fermina Daza de forma ilusoria, idílica; imaginando sus virtudes y sentimientos. No ama a la verdadera Fermina, sino a quien él cree que es. La idealiza atribuyéndole virtudes improbables, sentimientos imaginarios. Florentino ama el amor. Claro que también tiene deseos y se convierte ena especie de Don Juan, dándose cuenta que se puede amar a varias mujeres a la vez.
El doctor Juvenal Urbino en cambio no ama a Fermina , le gusta y quiere casarse para encontrar estabilidad. Él está seguro que el amor llegará después. Podrán inventar un buen amor. Pero en algún momento parece que esto no le basta, necesita pasión y cae en el deseo,siendo infiel a su mujer.
Florentino en un principio embauca a Fermina por medio de la palabra con sus cartas de amor. Pero ella, en cuanto conoce otro mundo, ya le parece poco Florentino. Fermina tampoco se casa por amor, sino por conveniencia, por la seguridad que le da su matrimonio con el conocido doctor Juvenal Urbino. Ella no necesita amar para ser feliz.Pasa el tiempo, y con él pasan los años, y con los años nuestra vida va cambiando. Y así les sucede a nuestros tres personajes. Fermina y Juvenal por fin se aman. Su vida conyugal después de pasar por dificultades, desaires,traiciones, perdones, egoísmo...por fin se convierte en amor, un amor que es principalmente entendimiento, servidumbre recíproca, costumbre, felicidad.