Normalmente, estos andarríos permanecen ligados a ecosistemas costeros (limos, pedreos, desembocaduras de arroyos, etc.) donde andan en una continua búsqueda de alimento. Captura sus presas por dos métodos principales: o bien visualmente mediante picoteo, o bien en una búsqueda en el terreno con su pico mediante sondeo. Esta se produce normalmente bajo determinadas circunstancias (baja luminosidad, enterramiento de presas ...).
¿Y qué comen nuestros andarríos chicos en invierno? Pues una buena parte de su dieta se compone de invertebrados marinos: anfipodos (pequeños crustáceos), poliquetos (o sea, la xorra), cangrejos costeros como Carcinus maenas, etc.. Algunas de estas presas las captura en bajamar y otras en pleamar.
Esto lo hacen la mayoría de nuestros andarríos chicos en invierno, pero no todos, porque una pequeña minoría permanece apegada a medios interiores, aunque siempre junto a la costa, donde consumen alimentos más “terrestres”. En concreto, uno de éstos está pasando el invierno en Luanco, en la zona de la playa, donde es fácil verlo alimentarse en los prados húmedos, sondeando y perforando la tierra blanda una y otra vez con su pico. Por lo visto, no le gusta cambiar de dieta, porque en realidad está cazando lo mismo de lo que se alimentan en época de cría: insectos, lombrices, arañas… No hay que olvidar que el andarríos chico suele criar cerca del agua dulce.
Esta mañana me entretuve un rato observándolo, y pude comprobar su habilidad extrayendo pequeñas lombrices, como podéis ver en la foto de arriba, y hasta me sorprendió capturando una pequeña oruga. Aquí tenemos el proceso de captura y engullimiento.