Revista Opinión

El Ángel que se marchó y ha quedado para siempre. Elegía prosaica por un hijo perdido

Publicado el 27 septiembre 2022 por Salpebu
El Ángel que se marchó y ha quedado para siempre. Elegía prosaica por un hijo perdidoHace dos meses que mi hijo Ángel Juan dejó este mundo.

Fue, y sigue siendo, un golpe seco y duro, porque, de la noche a la mañana, de visitarle en la cama del hospital para acompañarle y darle ánimos, se ha pasado, pasé, y sigo pasando, a la sensación de vacío irremediable que supone saber que esa parte de mi vida ya no comparte conmigo y con los míos,  en esta existencia actual.

Hay lágrimas que fluyen y abundan en los ojos y hay otras que emanan desde el fondo del alma, envolviendo la cotidianeidad de gran tristeza.

Ángel Juan nos permitió el consuelo de acompañarle hasta la última morada terrenal y comprobar cómo todos sus hermanos, sus familiares y sus amigos, rendían tributo a su sencillez y bondad intrínseca, al tiempo de compartir la tierra en el panteón familiar de su querido pueblo de Alcalalí, en el corazón del alicantino valle de Pop, entre las montañas que son estribaciones de la sierra Mariola y junto a las aguas casi siempre imaginadas del río Gorgos.

Dos meses han transcurrido y desde la triste serenidad que envuelve el recuerdo del ser perdido, el espíritu se serena y se consuela sabiendo y recordando cómo Ángel Juan es añorado y querido por todos sus hermanos, familiares y amigos.

Estoy seguro de que Ángel Juan está gozando de la gloria que bien mereció, con sus ángeles particulares, sus protectores, y desde allí nos regala día a día su mensaje de sencillo cariño y espontánea sencillez, y, como humanos que somos, recurrimos a él para que desde ese cielo que sin duda ganó, siga siendo guía de nuestra vidas y afectos, ahora que ya es “nuestro” para siempre.

Desde la serenidad que nos da la aceptación de su ausencia física entre nosotros, además de elevar al buen Dios (al Cristo de la Salud, de Alcalalí, que él tanto adoraba) una oración por el eterno descanso de su alma noble, también le pedimos que sea nuestro “ángel guardián” desde eses estrellas en las que se habrá reunido con su madre.

Si el buen Jesús valoró a Natanael, como aquél “verdadero israelita en quien no hay doblez ni mentira”, aquí y ahora honramos la memoria de este Ángel Juan que ha sido en vida el ejemplo de un verdadero ser, ajeno a la dobles y a la mentira.

Descanse en paz y que nos siga regalando con su recuerdo imborrable.

La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados" Jean Paul (1763-1825) Escritor y humorista alemán.

SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA

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