El ángel rojo, de Franck Thilliez

Publicado el 15 julio 2014 por Xula

El ángel rojo
Franck ThilliezISBN: 978-84-350-1075-7Formato: Rustica con solapas– 448 Pág.Editorial: Edhasa
La aparición de un cadáver decapitado, artísticamente troceado y diseminado con enigmáticos designios por diversos rincones de París, sacude de un modo eléctrico al comisario Franck Sharko. Saber que no se trata del cuerpo de su esposa, que lleva ya seis meses desaparecida sin que nadie haya pedido rescate y sin que se tenga la menor pista, es sólo un consuelo menor. Al contrario, este descubrimiento dará pie a una estremecedora y alucinante investigación que pone en contacto a Sharko con los ambientes, redes virtuales y personajes más sórdidos que puedan imaginarse y, sobre todo, con una mente fría, manipuladora y perversa hasta límites insospechados.
Como cada mes, Laky nos acerca a una novela interesante mediante una lectura simultánea en Twitter. Agosto ya está cerca, y para entonces nos tiene propuesta El síndrome E, continuación de la serie que comenzamos en mayo. Y no ha sido hasta ese momento (hace apenas unas horas) cuando me he dado cuenta de que no había reseñado el anterior.
Elegimos entre todos esta novela por ser la introducción al personaje de Sharko, el comisario que protagonizará la serie de novelas que (sobre todo en entregas posteriores) ha causado furor. Yo soy muy escrupulosa con el orden y a pesar de que se pueden leer por separado, yo siempre empiezo por el principio. Es una especie de miedo insano a perderme algún detalle del personaje, cualquier mínimo aspecto que no llegue a entender más adelante si me lo salto.
Y en este caso es un verdadero acierto, porque El ángel rojo es Sharko de principio a fin, y Sharko es su historia presente y pasada. Todo comienza en un prologo donde nos introduce a unos meses atrás, donde descubrimos que su mujer lleva desde entonces desaparecida y sin una sola pista que indique nada. Él sabes que muy probablemente esté muerta, así que el descubrimiento de un cadáver le sobresalta en cada ocasión, porque quizá no deba ir a investigar, sino a identificar el cuerpo.
Por suerte, la primera mujer que aparece no es ella, lo que le lleva de cabeza a una investigación escabrosa. Porque no os voy a engañar: Thilliez no se corta un pelo a la hora de describir atrocidades, y sus asesinatos son muy brutales. Sangrientos, directos e inhumanos. Tanto como el psicópata que está detrás de ellos. De esta manera, no solo nos lleva a presenciar unos escenarios escabrosos, sino también a visitar los ambientes mas sórdidos y pervertidos de Paris: dominación sexual, tortura, asesinato… Lo mejorcito de lo mejorcito. Lo cierto es que para algunos pueda resultar algo desagradable para estómagos sensibles.
Evidentemente para mí es un punto a favor: novelas fuertes, que te sacudan de algún modo (aunque sea para fruncir el ceño y sentirme asqueada) pero que no me dejen indiferente. De hecho, el que no me ha dejado indiferente en absoluto ha sido su protagonista. Sharko cuenta a lo largo de la historia con una genial caracterización, potenciada en gran medida por el uso de la primera persona. Él nos lo cuenta, tal cual lo ve y tal cual lo siente. Sentimos su apatía inicial y su obcecación para encontrar al asesino si eso le distrae mínimamente de su situación personal.
En ese sentido creo que la novela se compone en partes iguales de investigación y personajes, porque en sus más de 400 páginas obtenemos un poco de todo: el entretenimiento con la resolución del crimen, y dramatismo con la psicología del personaje. Y ya desde ese momento se crea un vinculo entre el lector y Sharko que dudo mucho que se pueda llegar a romper fácilmente.
La trama se desarrolla de manera muy ágil, llevándonos de pista en pista con los testigos y los confidentes, abundando los diálogos y reservando las descripciones para lo esencial. Metiéndonos de lleno en los más bajos fondos de una ciudad que si de día se corresponde con la luz, de noche es cenagosa y con poco glamour. Es difícil no leer un poco más, hasta que llegamos al final.
Un final que me pilló bastante por sorpresa, y eso es mucho decir. Porque siempre me las veo venir, y sin embargo esta vez me impactó directamente. Será que estaba despistada, pensando en lo mucho que sufría Sharko. Tanto, que al igual que él me quedé totalmente desorientada. Aunque he leído otras opiniones donde vieron indicios y pistas que a mí se me pasaron. Eso lo tendréis que comprobar vosotros.
Y lo mejor es que es absolutamente cerrado. Es decir, que si tomáis el final literalmente, podéis cerrar la novela y dejarlo para siempre. Sin embargo, sabiendo que hay más… ¿Quién podría resistirse? Yo personalmente no. Entre El angel rojo y El síndrome E, todavía hay otra novela llamada Luto de miel. Dicen que es la peor de todas, y que es prescindible, pero yo no me he podido resistir y pronto la tendréis reseñada. Porque tengo algunas cosas que decir al respecto.
Mientras tanto, os recomiendo la lectura de esta novela. Si os gustan las series negras, las descripciones sin tapujos y los personajes bien definidos, no podéis perderos al menos esta primera. Y si el estilo es demasiado crudo, aun estáis a tiempo de dejarlo antes de engancharos.