"El ángel rojo", de Franck Thilliez: lo gore como protagonista

Publicado el 15 mayo 2014 por Lidiacasado

Ficha técnica: 

Título: El ángel rojo        Autor: Franck Thilliez          Editorial: Marlow  Género: novela negra Páginas: 448  Publicación:  2012   ISBN: 978-84-350-1075-7

Sinopsis (editorial):

   La aparición de un cadáver decapitado, artísticamente troceado y diseminado con enigmáticos designios por diversos rincones de París, sacude de un modo eléctrico al comisario Franck Sharko. Saber que no se trata del cuerpo de su esposa, que lleva ya seis meses desaparecida sin que nadie haya pedido rescata y sin que se tenga la menor pista, es sólo un consuelo menor. Al contrario, este descubrimiento dará pie a una estremecedora y alucinante investigación que pone en contacto a Sharko con los ambientes, redes virtuales y personajes más sórdidos que puedan imaginarse y, sobre todo, con una mente fría, manipuladora y perversa hasta límites insospechados.
 Tenía muchas ganas de leer a Thilliez así que en cuanto Laky propuso hacer una lectura simultánea de la primera de sus novelas protagonizadas por el comisario Sharko no me lo pensé. Y he de decir que hay ciertos elementos que me han dejado boquiabierta pero hay otros aspectos que me han defraudado.
   Entre los primeros cuento la capacidad para generar intriga, la dosificación de la acción o los temas que trata y las reflexiones que plantea. Cuestiones como la violencia contra los animales, el sadomasoquismo, la pornografía, el poder del dinero, la dimensión sobrenatural de la vida, el límite que separa al ser humano de lo que ya no es humano, el vicio o el fanatismo religioso... que se van quedando en la mente del lector como telón de fondo de una historia macabra, tétrica y muy muy negra pero que también le invitan a analizar el mundo en el que vive y lo que subyace bajo lo que vemos cada día.
   Thilliez pone frente a nuestros ojos un universo casi paralelo de seres perversos, dominados por sus vicios, corrompidos por el poder del dinero o el aburrimiento que da tenerlo todo. Seres que se regalan muerte como quien regala flores y que encuentran placer en el dolor, propio y, sobre todo, ajeno. Un mundo brutal, despiadado y sangriento que el autor describe de forma muy visual, sin escatimar detalles. De hecho, la puesta en escena del asesino de El ángel rojo me ha recordado mucho a El silencio de los corderos, a Seven y, más reciente, a la serie Hannibal. Con esas referencias en la cabeza es fácil imaginarse la depravación del asesino despiadado al que perseguimos, aunque entender sus razones sea más complicado.
   Ese es, precisamente, uno de los puntos que me han fallado en esta novela: el giro final que explica la motivación última del asesino. No quiero hablar mucho sobre el tema para no desvelar nada a nadie pero me he sentido un poco estafada porque durante casi todo el libro me ha hecho pensar en un motivo y luego me lo ha cambiado de repente. Y lo peor es que el primer motivo me parece mucho más trillado que el primero, o sea que podía haber explotado la reflexión sobre el segundo y me habría parecido mucho más original. Al cerrar la novela la sensación que te queda es como la del último capítulo de los Serrano, no sé si me entiendes...
   El segundo aspecto que no me ha acabado de cuadrar es la caracterización del personaje principal. Protagonista y narrador en primera persona del caso, Franck Sharko es un hombre roto tras la desaparición de su mujer. Hasta ahí, todo bien. Lo que no me convence es su actitud: la violencia que ejerce, su individualismo, su no sé si llamarlo inocencia o temeridad, una manía que le hace enfrentarse en varias ocasiones en solitario al asesino en inferioridad de condiciones. No sé, he tenido la sensación de que estaba ante un policía sin ley, un comisario sin orden, un personaje tremendamente egoísta o egocéntrico o tan centrado en sus obsesiones que no sigue las reglas del juego policial y cuya actitud no tiene consecuencias de ningún tipo: le relevan del caso, la vuelve a liar y el jefe no solo no le reprende sino que le devuelve su placa y su investigación... No me parece muy creíble, la verdad. Y si lo es... ¡miedo me da! Porque es verdad que en la novela toda la gente con la que se cruza es reprobable pero tengo la sensación de que con el descontrol que rige su vida, podría haberse topado con un inocente y haberle dado una paliza con las mismas razones o sinrazones.
   A pesar de estos peros quiero seguir leyendo a Thilliez y viendo si hace evolucionar a su personaje y cómo lo hace. Así que si Laky vuelve a convocarnos para leer El síndrome E, ahí me tendrá. Porque he disfrutado mucho con la trama y las situaciones, aunque disfrutar no sea, quizá, la palabra más adecuada. No lo diré muy alto por si el ángel rojo me oye...   Nos seguimos leyendo.

   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Reto100 libros: 44/100
  • Reto Negro y Criminal: 11/15 
  • Reto Genérico: 30(5misterio)/40
  • Reto Encuentra al personaje: 18/24
  • Reto Negro y Criminal: 11/15 
  • Reto Genérico: 30(5misterio)/40
  En El ángel rojo he encontrado al personaje que use un paraguas que pedía el Reto Encuentra el Personaje. Se trata del protagonista, Sharko, quien el capítulo 14...
La lluvia me venía bien, no hubiese podido ser más propicia. Tras abrir un amplio paraguas, unos diez minutos después del comienzo de la ceremonia penetré discretamente en el cementerio y me dirigí al extremo opuesto del lugar donde se amontonaban chaquetas y corbatas negras.