El Anillo Atlante ¿Fabricado en Atlantis? ¿Descubierto en Egipto?

Publicado el 18 junio 2013 por Georgeosdiazmontexano @GeorgeosDiaz

Georgeos Díaz-Montexano

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En cuanto al supuesto colgante o anillo “atlante”, yendo “directo al grano”, comienzo este informe por el final, o sea, por la conclusión de mi investigación, por si algún lector de los creyentes y convencidos de su origen atlante y de su poder mágico, prefiere no seguir leyendo el resto, ante el riesgo de que se le pueda derrumbar una creencia que le satisface o reconforta. Así pues, afirmo, que es un puro invento comercial, inspirado en el hallazgo de un supuesto anillo con extraño diseño simbólico en unas supuestas excavaciones egipcias, al parecer realizadas por un tal Marquis D’Agrain en 1860.

Se dice que este supuesto egiptólogo francés dijo que él creía que era un anillo traído de la Atlántida”. Con el tiempo, y especialmente a partir de la historia contada por el radiestesista francés, André de Bélizal, las personas dada a creer en este tipo de historias “mágicas” o esotéricas (que por regla general no exigen ni necesitan demasiadas pruebas), lo adoptaron sin mas como un “anillo atlante” con poderes especiales y claro, desde hace tiempo se comercializa de muchas maneras: como anillo, como colgante y más recientemente hasta como sello para poner encima de las puertas de las casas, sustituyendo así a la vieja Herradura de la suerte de toda la vida.

Veamos ahora un pequeño resumen de lo que se cuenta en la mayoría de las páginas webs y libros que han tratado este asunto:

“Una versión de piedra de este anillo fue descubierta en el Valle de los Reyes de Egipto en 1860 por Marquis D’Agrain, egiptólogo de origen francés. D’Agrain sostenía que el anillo procedía de la legendaria ciudad de Atlantis. Este anillo pasó a propiedad del radiestesista francés André de Bélizal, quien estudió al anillo y fue protegido por él durante su vida. A través de la radiestesia y múltiples experimentaciones, Bélizal encontró que la forma geométrica grabada en el anillo, sus proporciones y su distribución, es lo que le profería facultades especiales. En esta forma está contenida una onda de forma, la cual puede ser grabada como un sello no sólo en un anillo, sino en cualquier objeto”.

Esa es la historia. Pero la realidad es que no existe ni una sola prueba de que ese anillo sea atlante, ni siquiera de si realmente apareció en una tumba egipcia. Al menos no he podido hallar confirmación de que uno de los que llevaron el título de Marquis D’Agrain hubiese hallado ese anillo en una tumba egipcia, que de ser cierto, lo único que demostraría es que el anillo sería entonces egipcio, pero no atlante. Argumento este, que ya de por sí es totalmente absurdo. Si el anillo apareció en Egipto, ¿por qué diantres tendría que ser atlante?. ¿Acaso en 1860 ya había sido descubierta la Atlántida y se conocía ya cómo eran los artefactos atlantes y su estilo artístico como para determinar que este anillo no era egipcio sino atlante? Mayor grado de estupidez humana imposible. Si al menos hubiera sido hallado bajo el mar, en el Atlántico, frente a las costas de Iberia y Marruecos, o sea, justo delante de las Columnas de Hércules (Gibraltar), donde Platón sitúa la Atlántida, podría haberse considerado como un posible anillo atlante. Pero apareció en Egipto, o eso es lo que nos cuentan…

Pero la primera gran mentira en toda esta historia es que el Marquis D’Agrain al que se refieren, Armand Arthur de PRADIER d’AGRAIN, no pudo haber excavado en Egipto en 1860, por la sencilla razón que apenas tenía veinte años, y a esa edad es imposible que ya fuera un egiptólogo consagrado con suficiente prestigio como para que se le concedieran permisos de excavación en Egipto. De ser así, habría sido entonces un verdadero Genio de la Egiptología, y ello habría quedado registrado por todas partes. Pero el caso es que tampoco podría haber sido su padre, Armand Charles Arthur de PRADIER d’AGRAIN, quien también ostentaba el título de Marquis D’Agrain, porque este ya había fallecido en 1843. Por ello es que en los anales y registros de antigüedades egipcias no existe nada al respecto y no figura ningún Marquis D’Agrain entre los egiptólogos conocidos que excavaron en Egipto alguna vez. En estos tiempos apenas se habla de unos pocos grandes egiptólogos: el británico Edward William Lane (1801-1876), el prusiano Karl Richard Lepsius (1810-1884), la británica Amelia Edwards (1831-1892), el italiano Alexander Henry Rhind (1833-1863), y los franceses francés Auguste Mariette (1821-1881) y Eugène Lefébure (1838-1908). Pero ningún libro o artículo de la época menciona a un egiptólogo francés con el nombre o título de Marquis D’Agrain.

En realidad todo se trata de una historia que nace con André Marie Pierre de GOUZILLON de BÉLIZAL (1896-1975), casado con Marie Françoise Geneviève de PRADIER d’AGRAIN (1899-1976), nieta de Armand Arthur de PRADIER d’AGRAIN, Marquis d’Agrain (1840-1902), el mismo que -según Bélizal- halló el anillo o péndulo cuando excavaba en Egipto, en 1860. Como vimos antes, cuando apenas tenía veinte años.

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Lo cierto es que André de Bélizal creía en la radiestesia, y en realidad, él es la única fuente sobre el supuesto hallazgo en Egipto, por parte del joven abuelo de su esposa, de ese supuesto “anillo atlante” del que ellos conservaban una copia, aunque también se ha dicho que conservaban el original. Nadie antes había hablado jamás de tal anillo o colgante. Pero lo más ridículo de todo este asunto es que Bélizal, al contar esta “historia” del péndulo Atlante hallado en Egipto, ni siquiera sacó bien las cuentas sobre la vida del abuelo de su esposa, de lo contrario se habría dado cuenta que era imposible que siendo apenas un joven adulto, que recién salía de la adolescencia, ya pudiera ser un renombrado egiptólogo con suficiente prestigio y poder como para tener derecho a efectuar excavaciones.

Ahora bien, poco a poco la “historia” o mejor dicho la farsa, se fue re-escribiendo, hasta el punto que ya después no sería el Marquis d’Agrain quien lo hallaría sino el mismísimo Howard Carter, el descubridor de la célebre tumba de Tut-Anj-Imen (Tutankhamón). Aunque los millares de páginas que dan las dos versiones en un mismo artículo (sin importarles la contradicción evidente), no aclaran que Carter tampoco pudo haber descubierto tal anillo en ninguna tumba egipcia en 1860, por la sencilla razón de que este no nacería hasta diez años después.

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Otra de las mentiras asociadas a este fraude histórico del supuesto hallazgo de un “anillo atlante” en Egipto es la que dice que Carter había hallado el anillo en el dedo de Yuia, cuando descubrió su tumba. Pero la verdad es que la tumba de Yuia y Tchuiu (KV46) fue descubierta en 1905 por Theodore M. Davis y excavada junto a James Edward Quibell, y en ninguno de los informes se dice nada de que tuviera ningún anillo de cualquier tipo en sus dedos.

Momias de Yuia y Tchuia.

Es verdaderamente patético que millares de personas en el mundo entero se hayan tragado este engaño, sin hacer ni la más mínima indagación o revisión histórica y crítica. Bastaba con algo tan sencillo como revisar el árbol genealógico de la familia del Marquis D’Agrain y los archivos y publicaciones sobre historia de la Egiptología y las excavaciones realizadas en Egipto. Para concluir esta nota, puntualizar que en el registro de descubrimientos y excavaciones realizados en Valle de los Reyes en Egipto no aparece ningún nuevo hallazgo entre 1817 y 1898 y ninguna excavación que se halla realizado en 1860. De hecho no aparece registrada ninguna actividad de ningún tipo, ni de simple exploración, entre 1850 y 1880.

¿Servirá este artículo para desenmascarar este fraude histórico de una vez y por todas? Sinceramente, creo que no. Soy bastante pesimista (realista dirían otros), y en este caso, creo que nadie podrá parar ya este timo. Cientos de miles de personas en el mundo entero ya se lo han creído y con mucha convicción. Y centenares de “listos” que viven de las personas ingenuas de buena fe, se dedican a fabricarlas y a comercializarlas, prometiendo todos que ellos sí tienen el verdadero modelo original del mágico “Anillo Atlante” y que este amuleto les proporcionará todo tipo de beneficios. Basta con hacer una simple búsqueda de vídeos y páginas en Internet. De hecho, ya son numerosas las personas que hasta te darán fe y testimonio de que el “Anillo Atlante” funciona de verdad, que tienes grandes poderes, etc. Sobre todo los que viven de ese tipo de negocios relacionados con el esoterismo y muchos otros que, traficando con “soluciones mágicas”, son meros mercaderes de ilusiones y esperanzas.

Sinceramente, no me causa molestia alguna que para miles de personas este anillo, colgante o sello pueda tener ciertos “poderes mágicos”, lo que verdaderamente me disgusta es la falsificación histórica, el engaño o fraude forjado para intentar legitimar tales supuestos poderes.

La mayor tragedia del ser humano no es ser pobre, sino ignorante. De ahí que el gran pensador cubano, hijo de españoles, José Martí, dijera: “Ser cultos es el único modo de ser libres”. Refiriéndose con ello a la importancia de estudiar y cultivar el intelecto, para aprender a pensar, porque sólo el conocimiento nos hará libres, no solo de la esclavitud ajena o de nuestros defectos y limitaciones, sino también libres de caer tan fácilmente en engaños de todo tipo, no solo políticos y religiosos, sino también de esos engaños que pretender pasar como hechos históricos, como este engaño del falso “Anillo Atlante” descubierto en Egipto.

Referencias:

List of Egyptologists: http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Egyptologists
List of French Egyptologists: http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_French_Egyptologists

Martí, José; “Maestros Ambulantes”, La América, mayo 1884, Obras Completas, Tomo 8, Editorial de Ciencias Sociales , La Habana, 1975, pág. 289.