Moses Malone está considerado uno de los mejores pívots de la historia de la NBA. No en vano, durante los seis años que estuvo en los Rockets ganaría 2 MVP´s (1979 y 1982), llegando a las finales de la NBA en 1981 (la cual perderían frente a los Celtics de Larry Bird) y los hechos de los que ahora hablaremos en su paso en los 76ers hablan por si solos de la categoría del jugador.
Como decíamos, en el verano del 82, Malone se uniría a unos Philadelphia 76ers, entre los cuales ya se encontraban jugadores de la talla de Maurice Cheeks, Andrew Toney y Bobby Jones, pero sobre todo, Julius Erving (más conocido como Doctor J) y entrenados por Billy Cunningham (ex-jugador sixers). Antes de la llegada de Malone, los Sixers habían llegado a las Finales de Conferencia en los años 1979 (vs Rockets) y 1981 ( vs Celtics) y a las Finales de la NBA de 1980 y 1982 (vs Lakers). Por tanto, estaba claro que unir a un equipo de esta talla a un jugador como Moses Malone daba un salto cualitativo a lo que ya era una grandísima plantilla.
En definitiva, la temporada regular había sido un éxito para una franquicia de la cual se esperaba muchísimo ese año, pero había que refrendarlo durante las eliminatorias por el titulo. Todo cobró más magnitud cuando Malone, el MVP, se descolgó con una declaraciones ante la pregunta de qué pasaría en los playoffs respondiendo : “Four-Four-Four”. En otras palabras, predijo que los Sixers barrerían en los playoffs ganando las tres series en cuatro partidos, consiguiendo el titulo en el numero mínimo de partidos necesarios para ello, doce partidos.
Y Malone no quedó muy desencaminado, pues en su primera ronda correspondiente, los Sixers ganaron a los New York Knicks por 4-0, en las Finales de Conferencia a los Bucks por 4-1 y en las Finales de la NBA por 4-0 a los Lakers de Magic, Kareem y Worthy, siendo Moses Malone elegido MVP de las Finales.
De esa forma, los Sixers conseguirían establecer el mejor porcentaje de victorias en unos playoffs con su 12-1, el cual no sería superado hasta el año 2001 cuando los Lakers de Shaq y Kobe ganarían el anillo con un récord de 15-1, ganando casualmente a los Sixers de Iverson.
JAVIER ALCÁNTARA TÉLLEZ