El año de Independiente: peor que nunca

Publicado el 23 diciembre 2012 por Marianofusco

Allá por el mes de enero, cuando parecía reinar la tranquilidad en Independiente tras la obtención de 27 puntos en el Apertura 2011 bajo la conducción de un entusiasmado Ramón Díaz, nada hacía suponer que el fin de año iba a encontrar al conjunto de Avellaneda en el peor momento de su historia.

Aún sabiendo que era necesario sumar una considerable cantidad de puntos para no complicarse con el promedio, el principal objetivo aún no contemplaba la preocupación del descenso. Con el exitoso técnico riojano como conductor más la presencia de un plantel que parecía tener conforme al cuerpo técnico, en aquella pretemporada en Mar Del Plata, el Rojo fijó un destino que muy lejos estuvo de alcanzar: protagonizar el torneo.

En un anticipo de cómo iba a ser realmente el año para Independiente, la ilusión de campeonar duró tan solo cuatro jornadas. Luego de obtener cuatro derrotas en fila, Ramón Díaz volvió a instalar dudas sobre sus condiciones para comandar planteles sin grandes estrellas y dejó su puesto para darle a lugar a un interinato de Cristian Díaz, que tras la negativa de Américo Gallego a Javier Cantero, fue confirmado en su puesto.

Una victoria histórica ante Boca en la Bombonera, algunos éxitos en condición de local entre los que se destacó una nueva goleada a Racing y la supuesta comodidad de los referentes del plantel con el nuevo técnico hicieron de los primeros días del joven entrenador una fugaz primavera que duró casi tan poco como el objetivo inicial. A partir de la fecha 12, cuando le ganó a Banfield, inició una racha de 15 partidos sin ganar, clave para entender las urgencias del promedio.

A pesar de que los malos resultados y la poca jerarquía de Díaz hacían que el hincha pidiera cada vez más el regreso de Gallego, Cantero asumió el riesgo, bancó al técnico y le dio casi todos los gustos. Gestionó la llegada de ocho refuerzos, con grandes nombres como Fabián Vargas y Luciano Leguizamón, y comprendió, de una vez por todas, que la chance de irse al descenso era una realidad. Pero desde lo futbolístico nada cambió.

Tal como su antecesor, Cristian Díaz mantuvo su puesto hasta la cuarta jornada. Si bien empató ante Newell’s y Vélez, que terminaron siendo los mejores del torneo, el juego nunca logró ser acorde al potencial del plantel y la urgencia de obtener puntos hicieron que una vez más aparezca el nombre de Gallego para apagar el incendio. Esta vez, el Tolo dio el sí y tomó las riendas del Rojo en el momento más triste de su historia.

Avanzó en la Sudamericana, luego de algunas fechas logró tres victorias consecutivas en el ámbito local y una vez más la figura del salvador Gallego parecía emerger en Avellaneda. Pero al igual que los técnicos anteriores, que terminaron decepcionando a pesar de haber arrancado bien, el equipo del Tolo empezó a desinflarse poco a poco. Los malos rendimientos tanto individuales como grupales volvieron a hundir a Independiente, que se mantuvo en zona de descenso directo durante la totalidad del torneo.

Si bien aún es intocable para el hincha, el técnico más exitoso del club en la última década también entró en la desesperación por la durísima situación institucional. Impotente ante las tristes apariciones de la barra, que influyeron en lo futbolístico más de una vez, enojado con los hinchas por la poca paciencia con sus jugadores y hasta resignado en lo fútbolístico, el Tolo falló más de una vez con los planteos y fue brutalmente honesto:

“Ya no sé cómo ganar un partido”.

Aún con todo esto, Independiente sabe que tendrá una nueva chance en el primer semestre del 2013. El mal andar de sus rivales directos le dará la chance de iniciar el Torneo Final fuera de la zona de descenso en caso de ganarle a Tigre el partido pendiente del Torneo Inicial. Además, las estadísticas avalan a Gallego: cada vez que agarró en medio de un torneo, fue recién después de la pretemporada que le encontró la mano al equipo y después peleó casi todos los torneos en los que participó.

Desde el descenso de River ya quedó desechada la idea de equipos intocables e Independiente deberá realizar una campaña que lo ubique como protagonista del certamen para no perder su puesto en el ilustre grupo de equipos que jamás descendieron. ¿Podrá?