El año de la venganza

Publicado el 04 noviembre 2012 por Rubencastillo

Es probable que algunas de las personas que tienen la amabilidad de seguir esta página se hayan percatado de que no suelo dedicarme con demasiada frecuencia en ella a los libros juveniles. Y si algunas de esas personas saben que mi profesión es la de profesor de literatura en un instituto quizá les choque un poco ese vacío. Empezaré, pues, aclarando ese extremo. Soy lector ocasional, pero constante, de literatura juvenil. Entre otras cosas, para saber cuáles son las tendencias, estilos, técnicas y temáticas que interesan a mis alumnos. No creo que se pueda enseñar literatura de forma razonable a los adolescentes sin preocuparse de qué cosas les llaman a ellos la atención. De ahí que Care Santos, Jordi Sierra i Fabra, Joan Manuel Gisbert, Laura Gallego o Stephenie Meyer formen parte de mis estanterías. Pero es verdad: no suelo traerlos a esta página.Hoy rompo la tendencia por una razón simplicísima: he leído un libro que me ha parecido formidable. Se titula El año de la venganza, lo ha publicado el sello Edelvives (uno de los grandes) y su autora es murciana. Se llama Antonia Meroño y el libro que nos ocupa es su primera novela. De ahí que la sorpresa sea aún mayor, porque no se aprecian en sus páginas vacilaciones de bisoña, ni trucos manidos de manual, ni altibajos estilísticos o argumentales. La obra es sólida de principio a fin. Y se construye con una técnica tan sencilla como irreprochable: la analepsis. Así, desde la página inicial nos encontramos con Valentina, hija de padres divorciados, que comienza a recordar la historia que nutrirá este libro... Su madre era jefa de estudios de un instituto y ella, repetidora de 4º de ESO, se vio obligada a estudiar allí, aunque no lo deseaba en absoluto. Sus condiciones objetivas (digámoslo de esa forma) no eran desde luego las más adecuadas para integrarse en un nuevo centro: exceso de peso, piercings más bien aparatosos, escaso interés por las relaciones sociales... Todo se confabulaba para que no terminara de encajar. Pero como el Destino a veces se complace en jugar con nosotros como lo haría un gato con un ovillo de lana, he aquí que aparece en su misma aula una chica llamada Albertina, que no puede ser más estrafalaria: acude a clase con una maleta, se viste con ropas llamativas de estilo hippie... y es capaz de adivinar las preguntas que terminarán saliendo en los exámenes.A partir de ese momento, el curso se va desarrollando por cauces más bien extraños y con ingredientes no siempre fáciles de digerir: un conserje que tiene una actitud variable frente a Valentina y el resto de alumnos (oscila entre la simpatía y los ademanes violentos); un profesor de matemáticas de lo más maniático (y eso que es la asignatura favorita de la narradora); una profesora de física que es incapaz de mantener el mínimo de disciplina en clase y que es sistemáticamente saboteada por los típicos graciosos de turno; y por fin, para quebrantar del todo la atmósfera que rodea a profesores y alumnos, la misteriosa desaparición de dos chicos, que pone patas arriba a la comunidad. Valentina, metida casi por sorpresa a detective improvisada, supone que la responsable de estos secuestros tiene que ser la doctora Aguirre, la quebradiza profesora de física (a la que los dos chicos en cuestión ocasionaron en el pasado un grave daño emocional relacionado con su gato). Pero no tiene pruebas determinantes...En esta novela de Antonia Meroño todos los elementos funcionan, porque sobre todos ellos se ha operado con mesura y con inteligencia una sabia alquimia: los personajes, que responden a seres auténticos (basta con acercarse a cualquier instituto y podrán ustedes verlos); las acciones, que jamás ingresan en la extravagancia; y el lenguaje, que se adapta maravillosamente al público al que está enfocada la obra, sin que chirríe por su altura ni abochorne por su ramplonería. No estamos, pues, ante una autora casual, sino ante alguien que maneja los hilos narrativos y psicológicos con perspicacia y con solvencia. Realizar apuestas siempre es complejo en el ámbito de la literatura; pero yo, viendo las condiciones de El año de la venganza, apostaría por esta autora sin dudarlo.