Este año ha pasado rápido, muy rápido. Demasiado. Y hemos cambiado mucho. Para empezar, Luke y Leia ya van al colegio. Así que imaginad los cambios y avances que eso supone. De estar todas las mañanas en casa conmigo, ahora tienen a sus seños y a un montón de amigos. Antes mis mañanas giraban completamente en torno a ellos. Ahora no, ahora me ciño al horario. A su horario. Antes no importaba demasiado la hora de levantarse o desayunar, o la hora de comer. Ahora miro más al reloj que a los juguetes.
Y además las aventuras no han hecho más que aumentar y acumularse. Aparte de empezar a ir al colegio, este año nos hemos olvidado de los pañales, Leia ha descubierto a Hello Kitty, le apasiona el color rosa –imposible escapar de él–, y las ceras y hay días que llega del cole pidiendo papel y lápices. Luke confunde a Spider-Man con Superman –ya hablaremos seriamente sobre esto–, y se ha hecho fan total de Bob Esponja. Ha aprendido muchas formas de jugar, y de hacerme reír, de sonreír y de mirar. Ha descubierto su Mirada Magnum –esto tiene un post pendiente–, y su entusiasmo –la palabra que mejor lo define– ha crecido ya hasta la talla 26. Tenemos que mordernos los labios muchas veces para evitar reírnos cuando los dos empiezan a charlar entre ellos, como niños mayores, y a soltar frases y expresiones que ni sabíamos que conocían. Hemos ido a Italia de viaje, y a la playa, al campo. Y han probado y tanteado varias veces con el Reverso Tenebroso, pero parece que les tira más el Lado Luminoso de la Fuerza. En este año Luke y Leia han aprendido a decirnos "te quiero mucho, mamá", y "te quiero, papi" –pero sobre esto no habrá post, es indescriptible–.
Y como hace 365 días atrás, Luke y Leia siguen siendo capaces de hacer extraordinaria cualquier situación, o cualquier logro o anécdota en estos tres años, por sencilla y común que sea. Ha sido un año increíble. Los padawanes y su madre son capaces de hacerme feliz, de hacer mi vida muy especial. La más especial.
Y yo sigo sin ser capaz de escribir y terminar esta entrada sin dejar de sonreír en cada párrafo.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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