Traductora: Sonia TapiaEditorial: SalamandraISBN: 9788416555017
Páginas: 251
A sus dieciséis años, perder a su madre es lo más espantoso que le ha tocado vivir a Pearl, un golpe brutal, inesperado, que sacude los cimientos de su vida. El dolor es tan insoportable que no puede evitar canalizarlo hacia su hermana recién nacida, a quien echa la culpa de la tragedia y no podrá perdonar jamás. Y ahora nadie, ni su padre, ni su abuela, ni su mejor amiga ni desde luego su hermanita conseguirán echar abajo el muro defensivo que ha erigido a su alrededor. Pero ¿y si la madre de Pearl no hubiera desaparecido del todo? ¿Y si siguiera, en cierta forma, presente? El mundo puede dar un vuelco en cualquier momento y, cuando eso ocurre, lo más importante es encontrar algo a lo que aferrarse...
Una novela que no sólo devorarás hasta el final, sino que te sorprenderá por sus pinceladas de fantasía y humor, y que, sobre todo, te emocionará y te dará que pensar. (Sinopsis de la editorial)
Cuando empecé a leer este libro no esperaba demasiado de él: suponía que sería una novela juvenil entretenida, para leer casi de un tirón y que se olvidaría rápidamente. Sin embargo, lo que me encontré fue una muy buena novela. La autora, Claire Furniss, tiene un estilo directo y dinámico, con muchos diálogos, que nos capta nada más empezar la historia y no nos suelta hasta el final.
Pearl, la protagonista, es una adolescente a la que, a los problemas propios de su edad, se le suma una gran tragedia: su madre muere tras dar a luz a su hermana pequeña. Desesperada, Pearl pasa por una época en la que no quiere ni ver a la niña(incluso la llama "la rata"), y culpa a su padre de lo sucedido. Claire Furniss ha conseguido crear una protagonista muy bien dibujada; a pesar de su comportamiento y de estar enfrentada con el mundo yo he empatizado totalmente con ella y he sentido su dolor. Pearl tiene momentos de adolescente caprichosa, pero siempre comprensibles por lo que le está ocurriendo.
Aparte de los personajes principales hay otros que destacan también: Dulcie, la agradable viejecita que vive al lado; su sobrino Finn que logrará ir calando en el corazón de Pearl, y el que para mí es el más interesante, la abuela. Una abuela que parece que va a ser la mala malísima y se convierte en alguien imprescindible para la familia, y que hace que se resuelvan secretos y que las emociones afloren.
Algo muy especial en este libro es un pequeño toque fantástico que hace que la madre de Pearl esté de alguna forma presente y participe de la acción. Además, no es una madre perfecta, cariñosa, complaciente y entregada, como suele pasar en muchos de estos libros. Es malhablada, divertida, gruñona, y con un punto de sarcasmo que la hace muy atractiva.
El año que el mundo se vino abajo me ha parecido todo un acierto. A pesar de ser una novela juvenil, estoy segura de que todos podríais disfrutar de ella, porque engancha, entretiene y, sobre todo, emociona. Es la primera obra de Claire Furniss, de la que ya espero nuevas publicaciones.
Junto a esta lectura os recomendamos otra estupenda novela juvenil muy poco conocida: Carolina, de Iva Procházková, que trata de forma impecable los problemas de una adolescente en la antigua Checoslovaquia. Tenéis la reseña aquí