El año sombrío es una novela de fantasía urbana del autor norteamericano Jeffrey Ford, descubrí a este estupendo autor gracias a la novela de fantasía La fisiognomia. Cuya continuación, Memoranda, tengo en lista de espera desde hace ya tiempo.
El año sombrío se desarrolla como una narración en primera persona por un niño estadounidense a mediados de la década de los 60 en la ciudad de Long Island, Nueva York.
A pesar de que mientras se desarrolla la novela conocemos por completo la vida del narrador, su nombre nunca aparece en escena, este dato se me hizo curioso y quizá tenga un motivo que se me escapa. Es un niño de sexto año de primaria, esto lo ubica en los 11 o 12 años.
El protagonista tiene un hermano mayor llamado Jim, el cual tiene la ambigua función de ser un hostigador/protector. Un padre sobrecargado de trabajo que aparece fantasmalmente en la narración, una madre que si no se encuentra pintando está alcoholizada, y una hermana menor llamada Mary, la cual es uno de los personajes más interesantes, pero no mencionare la razón de porque es relevante en la obra. También aparecen los abuelos del protagonista, quienes viven en la casa de al lado.
Al principio la novela parece una de esas bucólicas narraciones en donde se narra una niñez protegida en la suburbia norteamericana del siglo pasado, pero esta sensación desaparece rápidamente al descubrirse un mirón en el vecindario, el protagonista y su hermano se proclaman investigadores para descubrir al intruso.
Hasta este punto no hay nada fantástico en la narrativa, hasta que los hermanos construyen Ciudad cochambre, una replica del vecindario hecha de cajas, botes y muñecos de arcilla, y su hermanita pequeña, Mary, comienza a mover las piezas de esta replica y la realidad se comporta de acuerdo a sus elecciones.
Un día llega un extraño sujeto en un enorme automóvil blanco, y es cuando comienzan a ocurrir los asesinatos.
No tengo mucha afinidad hacia las obras donde se narran peripecias infantiles, pero debo admitir que la técnica narrativa de Ford es soberbia, no dan ganas de soltar el libro.
Si al principio puede parecer una obra al uso, llena de lugares comunes y con pocas sorpresas rápidamente se torna en una angustiosa novela de misterio, con asesinos en serie, infanticidios y fantasmas, visto todo a través de los ojos de un niño.
Lo he dicho en anteriores ocasiones y lo vuelvo a repetir, las novelas ganadoras del premio mundial de fantasía no me han decepcionado hasta el momento.