Japón conmemora este jueves el 70 aniversario del ataque atómico sobre Hiroshima y Nagasaki, en medio de las continuas protestas contra el Gobierno nipón por impulsar la reforma militar y la inminente reactivación de centrales nucleares tras el desastre de Fukushima.
El memorial se ha celebrado en el Parque de la Paz de Hiroshima y ha arrancado con un minuto de silencio a las 08.15 hora local, el momento preciso en el que fue lanzado el 6 agosto de 1945 "Little Boy", nombre con el se bautizó a la bomba, que detonó muy cerca de donde a día de hoy se erige el Parque de la Paz. La explosión acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas, aunque este número aumentaría hacia finales de 1945 hasta los 140.000, y se incrementaría aún más en años posteriores a causa de los efectos de la radiación.
Siete décadas después, muchas heridas siguen abiertas y ambas ciudades luchan por superar lo sucedido, pero sin olvidarlo, conscientes además sus ciudadanos de que miles de víctimas fueron desterradas y silenciadas en su propio país. Entonces, la manipulación y la férrea censura que se impuso sobre los medios de comunicación en la época por los Gobiernos japonés y estadounidense hicieron que el mundo no llegara a ser consciente del que fue el primer ataque nuclear de la historia.
"Se hablaba de una bomba especial, pero durante mucho tiempo no se supo que se había utilizado un arma atómica por la censura impuesta bajo el dominio estadounidense tras la guerra", explica a Efe la pequeña Keiko, que fue testigo de una destrucción que nadie acababa de entender.
Ogura, esposa de otro superviviente y madre de tres hijos, trabaja en el Parque de la Paz. "Tras el dolor y la rabia acumulada durante años llegué a la conclusión de que ser superviviente tenía que tener un significado. Y ahora lo tengo claro, se trata de contar al mundo de primera mano lo que pasó y convencer de que es esencial acabar con las armas nucleares", relata por su parte.
Junto al trabajo de personas como Ogura está el de miles de expertos, que luchan por explicar lo que sucedió. El material gráfico, como el que se presenta a continuación, también sirve para ver hasta qué punto fue desolador el resultado de los bombarderos y cómo son ahora Hiroshima y Nagasaki.
La Catedral católica de Santa María, en el distrito de Urakami en Nagasaki, Japón. Terminó de construirse en 1925. Sólo 20 años después fue convertida en escombros por la bomba atómica lanzada por EE UU. En 1980 fue remodelada con la apariencia que tiene en la actualidad.
Combinación de imágenes de la entrada de la Catedral de Santa María o de Urakami, en Nagasaki. La bomba arrasó la parroquia católica, remodelada varias décadas después.
Montaje fotográfico con imágenes de la zona industrial de Hiroshima tras el bombardeo y su situación en la actualidad. Se cumplen 70 años de la decisión del presidente de EE UU de lanzar bombas nucleares en las ciudades japones de Hiroshima y Nagasaki.
Combinado de imágenes que muestra a los residentes de la ciudad de Hiroshima cerca del puente Aioi después del bombardeo atómico del 6 de agosto de 1945, y otra fotografía tomada días pasados en el mismo lugar.
Un hombre pasea en la actualidad por la carretera del puente Yorozuya, que se compara con una imagen tomada por el Ejército de EE UU de un lugar que se encontraba a 860 metros del epicentro de la explosión.
La Cúpula de la bomba atómica de Hiroshima o Genbaku Domu, el monumento memorial más conocido de la ciudad bombardeada el 6 de agosto de 1945 fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1996. Antes de ser arrasado, el edificio servía a la Promoción Industrial de la Prefectura de Hiroshima.
Combinación de imagénes de la Escuela Nacional Shiroyama de Hiroshima tras el bombardeo en 1945 y su aspecto actual.
C. Marco