Hacer es el paso final y más importante de cualquier método de productividad personal. Yo creo en los métodos. Hasta tengo el mío propio. El problema es que no todos los métodos funcionan siempre en todas las personas. ¿Te pasa que intentas aplicar un truco o método pero sigues sin realizar esa tarea clave?
Hace poco, Ginés Cerdán, publicó un artículo en su web, en el que reflejaba la idea de que, sin hacer, nada sirve. No te puedo decir por qué, pero su artículo me inspiró. Seguro que has leído artículos y frases con el mismo fondo: acción.
- El que quiere peces, que se moje el «trasero».
- Perro ladrador, poco mordedor.
- Si haces cosas, suceden cosas.
- Si sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.
- Dispara primero y pregunta después.
- Haz lo que puedas, con lo que tengas, con lo que sepas, donde estés.
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Pero seguimos sin hacer todo lo que nos gustaría.
Así que te voy a ofrecer una salida de emergencia: el anti-método.
Se trata simplemente de que, al final del día, anotes las cosas que sí has hecho. La forma en que tomes nota es cosa tuya. Ahora, no te conformes con colgarte medallitas. El objetivo es que escribas al lado por qué pudiste realizar esa acción.
- ¿Qué otras acciones previas te permitieron cumplir con la tarea?
- ¿Cómo salvaste las dificultades que surgieron?
- ¿Cómo te sentiste antes de realizar la tarea? ¿Qué sentías hacia la tarea? ¿Era algo que te gustaba o lo contrario?
- ¿En qué circunstancias estabas? ¿Qué hora era? ¿Dónde te encontrabas?
- …
Sé todo lo específico que puedas. Cuando termines de anotar, cierra esa libreta o aplicación, y di adiós a la productividad. Mañana será otro día.
Repite este ejercicio durante varios días.
El objetivo, como puedes ver, es que tu cerebro, que es buenísimo encontrando patrones, entienda qué cosas te ayudan a terminar tareas, a hacer. Tendrás esa comprensión cuando alguien te pregunte: «¿Y tú cómo consigues hacer tanto?» y sepas responder de forma natural qué cosas te ayudan a ser productivo.
Aquí no hay ningún método. Se trata simplemente de entender cómo funcionas y replicar el «algoritmo».
Eso sí, una pequeña advertencia. Por experiencia, te puedo decir que lo que funciona, no suele durar demasiado. Así que tendrás que reiniciar y repetir el ejercicio de vez en cuando.
¿Te gusta la idea? ¿Por qué no me cuentas cómo te ha ideo el experimento? Escríbeme a efectivida@efectivida.es y lo comentamos.
*Lo que te propongo se parece bastante a las listas anti to-do, de Marc Andreessen.
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Publicado por: EfectiVida - Efectividad, organización, productividad y desarrollo personal