El antídoto de la despoblación

Por Monpalentina @FFroi

A finales de Julio de 2016 el Ayuntamiento soriano de Cubo de la Solana, una de cuyas pedanías albergó instalaciones nucleares, destinadas a lograr la proyectada y abortada bomba atómica española, era noticia porque, en compañía de una sociedad denominada Capacidad Positiva, apuestan por la felicidad en el mundo rural como antídoto a la despoblación.

El asunto es curioso, primero, porque la gente habla de felicidad como si existiese y, con soberano anuncio, expone a este lugar a una masificación si fuera cierto, porque, ¿quién no quiere la felicidad?, ¿quién no la busca a cualquier precio?.

Y será una de las pocas veces, -que yo tenga consciencia-, que no se habla de instalar empresas cerca para que haya trabajo o de pedir infraestructuras y servicios que es lo que normalmente se hace para sentar población por nuestros pagos. Y, de todas formas, qué raro que sólo se sienta en este municipio esa especie de vuelo que te relaja tanto, que lo buscas a diario entre tus círculos, y tarde vienen a decirte que no, que la felicidad se encuentra en el mismo centro de esa provincia castellana, a 23 km de Soria.

Quienes han llegado a esta curiosa conclusión tampoco es que se devanen los sesos con historias increíbles. Comienzan explicando que el mundo rural de Soria está agonizando y se preguntan cómo de felices son los que quedan en ellos, con unos servicios básicos tan limitados o inexistentes.

El alcalde y la empresa de psicología Capacidad Positiva se han puesto de acuerdo para explicar que la felicidad existe y que se encuentra en Cubo de la Solana.

Si con algo me quedo es con la gente que lo intenta, aunque no vaya más allá de un eslogan bonito. Mirar en positivo, involucrar a quienes viven en ellos; incentivarlos, que los alcaldes no se queden solos.

Si he dicho muchas veces que el montañés vive resignado, en medio de un abandono institucional y un alejamiento paulatino de su propio mundo, pero no es menos cierto que no hay amargura ni tristeza en quienes se quedaron a vivir; que hay un sosiego que ayuda a esa vitalidad que muchos muestran y ayuda sobre todo el conocimiento y la belleza del pueblo de cada uno.

La psicóloga insiste y con eso me quedo, y con eso les dejo para que lo valoren:

"Para vivir bien no necesitamos bares, escaparates ni grandes lujos. Necesitamos comer y dormir, y un servicio médico. Tenemos que empezar a reubicar necesidades. Para lo demás están los núcleos más grandes".

De la serie "La Madeja" en Diario Palentino, 2016