El poeta está ahí para que el árbol no crezca torcido.
El poeta no cumple su palabra si no cambia los nombres de las cosas.
La poesía fue un objeto de lujo, pero para nosotros es un artículo de primera necesidad: no podemos vivir sin poesía.
Todo poeta que se estime a sí mismo debe tener su propio diccionario.
El poeta es un hombre como todos, un albañil que construye su muro: un constructor de puertas y ventanas.
Y en las noches de luna imaginaria sueña con la mujer imaginaria que le brindó su amor imaginario, vuelve a sentir ese mismo dolor, ese mismo placer imaginario y vuelve a palpitar el corazón del hombre imaginario.
Cuando pasen los años y yo sólo sea un hombre que amó, un ser que se detuvo un instante frente a tus labios, un pobre hombre cansado de andar por los jardines, ¿dónde estarás tú?
Sólo sé que pasó por este mundo como una paloma fugitiva: la olvidé sin quererlo, lentamente...
No creemos en ninfas ni tritones. La poesía tiene que ser esto: una muchacha rodeada de espigas o no ser absolutamente nada.
Contra la poesía de las nubes, nosotros oponemos la poesía de la tierra firme, cabeza fría, corazón caliente.
-Nicanor Parra, antipoeta
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