Hace poco leí la triste noticia de como un joven palestino, que se encontraba maniatado (ojos vendados y manos atadas) recibió un disparo por parte de un soldado israelí.
El hecho todavía continúa en investigación.
Inevitablemente, al leer los comentarios del público lector, me encuentro con las siguientes declaraciones:
“Hay una foto de una judía ucraniana corriendo con su bebé y se ve al nazi dispararle, están haciendo lo mismo”
”Me cagan”
“Luego estudias y te enteras que son los fundadores del terrorismo moderno”
“Nazi y sionista son la mierda del mismo color”
Como activista de derechos humanos solía creer que una declaración rspecto a las acciones del estado de Israel no son necesariamente antisemitismo; pero tristemente, cuando lees estas declaraciones, se hace evidente que su odio no es hacia el gobieno de un estado que comete algún tipo de abuso, sino que sus declaraciones destructivas son hacia los judíos. Eso es claramente antisemitismo, el odio a una persona sólo por ser judío.
¿Y por qué digo que es claro?
Primero, porque el estado de Israel no es el único que se encuentra en guerra, ni tampoco el único acusado de haberse excedido en el uso de la fuerza; pero cuando se habla de otros países por ejemplo, se ataca directamente al gobierno.
En cambio, en el caso de Israel, no se ataca al gobierno, sino a los judíos. A pesar de que la población tiene ciudadanos de otras religiones, algunos de los cuales apoyan 100% al gobierno, incluyendo a árabes-israelíes.
Y esto no se puede justificar con el hecho de que la población sea mayoritariamente judía.
No he visto por ejemplo, que después de leer alguna noticia sobre ejecuciones extrajudiciales en México, los lectores declaren que los católicos son una mierda, dado que son el sector mayoritario de la población y que incluso en algún momento el catolicismo fue la religión oficial (con todo el respeto para mis amigos católicos, no deseo ofender a nadie, sólo explicar mi punto).
Segundo, porque estas personas siempre aluden de una u otra forma a la catástrofe de la shoá para hacer comparaciones absurdas entre lo que sucede en Israel actualmente y lo que pasó en aquel tiempo, ignorando que:
a) Aunque les pese, los judíos que sufrieron en el holocausto era ALEMANES, o polacos, o austriacos, o de cualquier otra nacionalidad; fue el gobierno nazi quien les quitó el derecho a la nacionalidad, los deportó, les quitó sus propiedades y pertenencias, y luego los mató.
b) Ninguna de estas acciones es comparable con la acción de elementos del ejército israelí sobre territorios ajenos, en donde no se está quitando la nacionalidad de ninguna persona, ni deportando a nadie. Si las acciones castrenses son excesivas o no, es un tema completamente distinto.
Por último está el tema del sionismo, quienes hemos estudiado al respecto sabemos que es una ideología muy anterior a la creación del estado de Israel, y que si bien los militantes sionistas siempre buscaron el establecimiento de un país propio (partiendo por cierto de la triste realidad de que nuestros conciudadanos y gobiernos no nos reconocen en la práctica como ciudadanos de las distintas naciones) lo hicieron siempre en primer término a través del cabildeo, y no del terrorismo como los antisemitas quieren hacer creer a la opinión pública.
Cuando una opinión política hace crítica a las acciones de un estado en particular, rara vez lo hace atacando a una minoría. Eso claramente sería discriminación. Por lo que es curioso como la discriminación que sufrimos se disfraza de activismo político en pro de los palestinos, cuando esta misma gente que nos ataca verbalmente no hace una sola acción que ayude a que estas personas mejoren su situación: no los veo prsionando a los países vecinos para que les den asilo político, o protestando activamente en contra del terrorismo de Hamas, o expresándose por la creación del estado palestino. No, sus opiniones ni si quiera atacan las acciones del gobierno actual de Israel (rara vez mencionan el nombre del primer ministro o de su partido político), sino siempre haciendo referencia a “los judíos “ y “lo que hacen”.
En conclusión, el antisemitismo sigue vigente en pleno siglo XX, pero esta vez disfrazado de activismo político.