El anuncio de chicfy (el de la rubia poseída u orinándose)

Publicado el 03 noviembre 2016 por Mediasmentiras @mediasmentiras

Cuesta mucho saber que venden en este anuncio si te limitas a ver las imágenes sin sonido.
Por cierto,es una práctica recomendable si no quieres tararear todo el puto día esa sintonía pegadiza que logra lo que cualquier composición de reggaeton pretende: instalarse en la mente a fuerza de repetir simples y machaconas notas musicales.
No tardando saldrá un estudio que dirá que esa música produce daños irreversibles para el cerebro, aunque viendo como escriben en las redes sociales los que son muy fans de ella creo que no hace falta estudio.
Descripción del anuncio:
Una mulata, con pelazo, tumbada en una hamaca está trasteando con su móvil en una página de venta de ropa. Está ociosa y relajada, lo que me lleva a pensar que anda sobrada de dinero, es decir, no entiendo que hace buscando ropa de segunda mano (ropa sudada por otros).
Se queda mirando con especial atención a una rubia guapa con coleta, que lleva un vestido de esos con muchos colores, y está ¿bailando? como si no hubiera mañana. Puede estar meándose o puede haber sido poseída por un espíritu, ninguna opción es descartable.
La actriz se llama Coral González y en su vida real es bailarina y gimnasta.  Instagram de Coral
Obviamente esta chica me merece todos los respetos pero el papel en este anuncio me parece ridículo.
Según baila van aumentando los likes del vídeo. Imagino que todos serán de potenciales compradoras de este vestido y que ninguno procederá de algún pajero ufano porque se ha ahorrado una pasta en suscripciones de webs de esas que te salen cuando quieres ver una serie on line y te dicen que hay "chicas en tu ciudad cerca de ti que quieren tener sexo contigo". Algún pardillo pica, incluso veinte veces seguidas.
Todos sabemos que esta app es de venta de ropa y no de otras cosas ¿no?, porque lo sabemos. Creo.
Y ahora viene la interacción entre la mulata y la rubia que es el punto álgido del vídeo promocional. La primera dice:

- ¿Hazme una rebajita?
Y la feliz rubia contesta sin pensarlo:
- Claro que sí, guapi.

Entonces pasa lo que nadie esperaba. El anuncio da un giro de máxima interpretación artística que roza el surrealismo. Qué coño lo roza, lo destroza.
La rubia se pone a perrear muy contenta, sudando el vestido que acaba de vender a la guapi. Mueve el culo como queriendo algo que no sé bien qué es. Lo mismo es que ha visto que la mulata es más grande y lo quiere dar de sí.
Casi tira la moto que hay detrás. Moto cara, por cierto.

Todo con la puta música de fondo: "chic para mí, sí sí sí, chic para tiiiiiiiiiii". ¡En los sesos la tengo incrustada!.
Y luego sale la mulata bailando, después de guiñar el ojo como acto de satisfacción por la compra realizada, con el vestido sudado adquirido. Eso sí, de manera menos exagerada que la rubia.
Me planteo cosas:
1. ¿No tendrá el vestido ladillas y es por eso que no paran de moverse?
2. ¿No será esta app una especie de Tinder (con más nivel físico, aunque no mental que será parecido) y lo de los vestidos es una excusa?
3. ¿No estará detrás alguna otra marca comercial como la de las pérdidas de orina que anunciaba Concha Velasco?

El final es apoteósico, maravilloso, produce hilaridad:
Dice:
- Descárgate la app para comprar moda, solo para CHIC CHIC CHICAS. ¡Chicfy!
¡Mis cojones! Esta app va a ser visitada por más chicos que chicas. Seguro. El motivo es que parece todo menos una tienda de ropa. TODO.
Me parece un anuncio ridículo pero pegadizo. De eso se trata, de que llame la atención. Lo logra.
Supongo que está acorde con los tiempos en los que vivimos y con las actividades y gustos que tenemos.
No podemos esperar más, no tratan como seres sin neuronas y borregos. Ponen el anzuelo sexual y listos.
Me voy, chic chic chic chicos.