Chile está enterrando definitivamente a Pinochet… La opción "Apruebo" al cambio de la Constitución se impuso ayer por amplia mayoría dando lugar a una nueva Constitución, por lo que miles salieron a festejar masivamente en la Plaza Italia (lugar de encuentro y celebraciones de la capital chilena), Mientras una proyección con la palabra "Renace" iluminaba un edificio frente a la "Plaza de la Dignidad" -como fue llamada desde el inicio de las manifestaciones-, y los festejos se repitieron en las calles, con vecinos celebrando desde los balcones de sus departamentos, en las puertas de sus casas y en autos con banderas y bocinazos, cantando e iluminando el cielo con punteros láser, entre cacerolas y fuegos artificiales. Un rotundo triunfo que permitirá iniciar un largo proceso (esto recién empieza) para enterrar este legado político de Pinochet. Chile, el lugar donde nació el neoliberalismo, quizás sea quien deba mostrar al mundo el camino por el que hay que transitar. Porque hoy el pueblo chileno está vuelta la historia, y quizás no solo la de su propio país.
Pese a la pandemia y la consecuente postergación de este evento que debió realizarse en abril pasado, Chile pudo ir a las urnas respetando las medidas sanitarias para evitar al máximo posible los contagios de coronavirus, con un despliegue notable de organización cívica y también con mucha emoción.
El voto a favor de cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet se impuso por amplia mayoría en la jornada electoral de este domingo, según resultados oficiales con más del 98% de los votos escrutados. De esta manera, se abre un proceso de redacción de nueva Carta Magna, para lo cual el 79% votó en favor de realizarlo bajo la modalidad de Convención Constitucional, con la totalidad de los miembros elegibles bajo voto popular.
Recordemos que el acuerdo político para abrir la puerta a una nueva Constitución surgió tras la ola de protestas en 2019, originadas en reclamos que van desde críticas al sistema capitalista hasta mejorar condiciones en salud y educación.
Aquellas manifestaciones fueron reprimidas con una brutalidad que puso seriamente en duda el respeto por los derechos humanos en el país. Las 34 muertes de civiles a manos de efectivos, los miles de heridos, los arrestos abusivos filmados y viralizados en las redes sociales, los disparos de perdigones a los ojos como modus operandi y, más recientemente, la imagen de un joven arrojado por un carabinero desde un puente hacia el río Mapocho marcan una forma de relacionamiento entre las fuerzas de seguridad y la sociedad que tendrá un lugar destacado en la agenda reformista.
La batalla por el cambio no solo ha sido una explosión mediática de repercusión internacional, sino ha tenido la fuerza interna suficiente para aglutinar a sectores diversos y conformar un movimiento ciudadano excepcional, sin bandera política y cada vez más consciente de que Chile no saldrá de su crisis sin una transformación de fondo y la participación de todos sus integrantes. El mecanismo que hace un año apenas era un sueño de opio, ya echó a andar con un plebiscito que marca el inicio de un proceso de profundos cambios y la perspectiva de recuperar una plataforma democrática inclusiva, enfocada en el interés común y se limiten los abusos de un sistema neoliberal cada vez más envilecido.
La suerte está echada y el cambio -cualquiera sea este- será inevitable.
En abril 2021 se irá nuevamente a las urnas para elegir a quienes redacten el nuevo texto. Desgraciadamente no lo hará una Asamblea Constituyente y soberana, sino quienes hayan propuesto los partidos políticos en los diferentes distritos electorales y cumplan con los requisitos establecidos por el Acuerdo Nacional. Hasta ahora se insiste en que se facilite la participación de independientes, cosa que el Parlamento no ha querido zanjar. Son trampas, a nuestro modo de ver, limitantes de la participación plena. Además no se cuenta, hasta el día de hoy, con escaños reservados para los pueblos originarios y es necesario aprobar por dos tercios -y no por mayoría simple- el articulado.
Un aplastante triunfo de la dignidad que es todo un ejemplo para los pueblos. Digamos que el lugar donde nació el neoliberalismo, quizás sea el único que hoy por hoy -en una época estúpida signada por la confusión, el odio y el nihilismo- las mayorías saben dónde quieren llegar, qué quieren hacer, fuera de toda grieta impuesta por los poderosos. Quizás sea hora de que los chilenos demuestren al mundo el camino de unidad por el que hay que transitar.
Días negros: Resistencia y Libertad
Carabineros de Chile, brazo armado de este gobierno corrupto, nos está reprimiendo con todo lo que tienen. No les gusta que estemos en la calle clamando por dignidad. Nos apuntan a la cara, nos están dejando ciegos, pero no sin visión de un futuro. Nos están mostrando que realmente para ellos, la dictadura nunca se fue, solo se escondió para la sociedad pero estaba ocupada en la represión de nuestro pueblo mapuche.
Las calles están teñidas de colores, algunas rojas de sangre, otras negras de pintura, otras blancas de bicarbonato y agua, y otras simplemente se mantienen grises, esperando la marcha de mañana, esperando que la primera línea vuelva para defender a la gente y sus cacerolazos.
Pronto volveremos con el corazón en alto y los cambios en nuestras manos. Porque algo que hemos aprendido es que juntos no nos pueden detener ni a palos.
Pedimos en nombre de los luchadores el apoyo y denunciar estos hechos, el maltrato, la tortura, el asesinato de nuestra juventud y la asistencia material de primeros auxilios para mantener nuestras demandas legítimas en la calle, donde la sociedad pueda expresarse y ser escuchada.
Abrazos libertarios
Sebastián. Un ex estudiante pingüino de la primera línea