Y en ese momento seguro que muchos pensaron como yo en cuántas veces habíamos entrado en la casa de Marta y cuántas horas nos habíamos quedado fuera de los juzgados haciendo guardia... Seguro que a muchos como a mí se le pasaron por la cabeza las semanas de búsqueda en el río, los días rastreando el vertedero y cavando la zanja de Camas.
Y en ese momento, casi tres años después, cuando se hizo el silencio más puro, cuando nadie escribía nada, cuando nadie miraba a nadie en aquella sala... de repente sonó un aplauso de periodistas al escuchar estas ocho palabras: "Llamo a declarar al señor Miguel Carcaño Delgado".