Las Naciones Unidas advierten que las actuales catástrofes e inundaciones que asolan parte de Europa solo son el principio de la destrucción apocalíptica que sufrirá dentro de treinta años el 75 por ciento del planeta habitado.
La profecía de la ONU sobre el cambio climático se presentará en Johannesburgo entre el 26 de agosto y el 4 de septiembre, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible.
Según el trabajo, en 2032 no habrá ni la mitad del agua potable necesaria para la supervivencia de los 8.500 millones de habitantes que tendrá entonces el planeta, y se habrán extinguido centenares de especies de peces, aves y mamíferos.
Pero hay quien lo ve de otra manera: un mundo más cálido será mejor.
El climatólogo Stanley Changnon, profesor de geografía de la Universidad de Illinois, y su equipo de científicos, afirman que un poco más de calor será más rentable para todos; solo habrá que saber adaptarse.
Aunque el calentamiento planetario por causas humanas es dudoso, cree que la suavidad del pasado invierno 2001-2002, con poca nieve en gran parte del mundo, hizo que muchos países, incluidos los pobres, economizaron en energía y otros gastos 100.000 millones de dólares; EE.UU. ahorró 21.000 millones.
Además, según Changnon, se produjeron muchos más bienes, también alimentos, y hubo mayores transacciones comerciales, que evitaron una tremenda recesión internacional previsible tras los atentados del 11 de septiembre.
Ciertamente, nunca lloverá a disgusto de todos.