De vez en cuando se plantean severas advertencias sobre la cantidad de basura espacial orbitando la Tierra. Estas advertencias son por lo general son recibidas con la indiferencia general, puesto que muy pocos de nuestros propios satélites o nosotros mismo, viajan regularmente a órbita terrestre baja. Pero una evaluación del Departamento de Defensa sobre el problema de la basura espacial considera que tal vez deberíamos prestarle atención: la basura espacial ha llegado a un punto crítico en el que podría provocar una reacción en cadena catastrófica que podría paralizar totalmente nuestra vida cotidiana en la Tierra.
Nuestra confianza en los satélites va más allá de lo evidente. Dependemos de ellos para nuestras señales de televisión, para los informes meteorológicos o para encontrar nuestras casas en Google Earth cuando estamos aburridos en el trabajo. Pero además de estos acontecimientos cotidianos, informan sobre asuntos militares, realizan un seguimiento de las redes mundiales de transporte marítimo que mantienen nuestras economías en funcionamiento y que además nos ayudan a llegar a nuestro destino mediante los GPS.
Según el Examen provisional del Departamento de Defensa, todo esto podría derrumbarse. Literalmente. Nuestros satélites están abrumados por el número por trozos de chatarra espacial, 1100 satélites tienen que hacer frente a un total de 370000 piezas de basura espacial. Estas piezas van desde tuercas y tornillos perdidos durante paseos espaciales pasando por trozos de satélites antiguos, hasta los satélites que ya no funcionan, y todos estos materiales vuelan alrededor de la Tierra a la tremenda velocidad de unos 4,8 kilómetros por segundo (unos 17000 km/h).
El temor es que con tanta basura que hay ahí arriba, la probabilidad de una colisión es alta en algún momento. Si dos grandes piezas de basura que chocasen ,teóricamente podrían enviar miles de trozos de satélites asesinos potenciales en órbita más, y que esto provocaría a su vez que colisionen con otras piezas de basura o con otros satélites, desatando otro enjambre de trozos de basura, provocando una peligrosa reacción en cadena.
Para dar una idea de la rapidez con una reacción en cadena como esta consideremos lo siguiente: en febrero del año pasado ocurrió una colisión entre un satélite ruso fuera de servicio con ra un satélite de comunicaciones, convirtiendo las dos naves en órbita en 1500 piezas de chatarra. Anteriormente una prueba antisatélite china destruyó un satélite en 2007 provocó 100 veces más trozos de basura, al dispersarse de la colisión 150000 piezas de chatarra espacial.
Si una reacción en cadena se produjera, podría muy rápidamente colapsar nuestras comunicaciones, nuestro sistema GPS (del que los militares nortemericanos son muy dependientes), y paralizaría la economía mundial (aparte de destruir 250000 millones de dólares de la industria espacial de servicios), además la orbita en conjunto podría quedar inservible, lo que podría provocar la muerte tecnológica de algunos lugares de la Tierra.
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Publicado en Odisea cósmica¡Suscríbete Ya!