El aprendizaje de los más pequeños y las nuevas tecnologías: ¡una combinación perfecta!

Por Belen

Ahora que el curso escolar toca a su fin es hora de hacer balance y sacar conclusiones. Y hoy quiero analizar cómo ha ido el curso de flauta travesera de Rayo. Mi virtuoso flautista ha finalizado su quinto año de estudios con el Método Suzuki, pero no ha sido hasta este curso cuando ha comenzado a leer música. Ya sabéis que este método se basa en el aprendizaje de oído en sus inicios. Pero con el nivel que ya tenía y su edad, había llegado el momento de hacer sus primeros pinitos con el solfeo, el pentagrama, las notas, las claves y demás. Para mi, como seguro muchos entenderéis, esto era un mundo y la ayuda que le había prestado hasta ese momento se vio reducida a la mínima expresión. Conste que lo he intentado y aunque he aprendido (y sigo aprendiendo) mucho, Rayo tuvo que seguir sus derroteros musicales en solitario para avanzar al ritmo que él mismo se exigía.  Al principio fue complicado. Imaginad que debéis aprender una lengua nueva, un idioma absolutamente distinto basado en un alfabeto que nada tiene que ver con vuestra lengua materna, pues bien eso es aprender solfeo. Los inicios son difíciles pero cuando se saben las reglas básicas todo es cuestión de práctica. 
Nos costó mucho que le cogiera el truquillo. Rápidamente me di cuenta que era una cuestión de motivación. Los niños no aprenden sino están motivados y Rayo no lo estaba, ¡se aburría! Y entonces se me ocurrió una cosa: ¿por qué no dejábamos a un lado las partituras y optábamos por otros métodos? Mi hijo, como casi todos, es un enamorado de las nuevas tecnologías. En casa ni la tablet, ni el móvil ni el ordenador se le resisten. Y sí, todo este nuevo mundo está a su alcance porque su padre y yo consideramos que es y será parte fundamental de su educación. Lógicamente todo está debidamente controlado y supervisado, no se le deja al niño la tablet toda la tarde para que se entretenga y no moleste, en absoluto. Se trata de aprovechar estos recursos para potenciar sus capacidades, para favorecer su aprendizaje. Las nuevas tecnologías nos brindan un abanico de posibilidades muy amplio que no debemos negar a nuestros hijos
Pues bien, después de varios meses intentando que el chiquillo se centrara en las partituras y sabiendo que él ya entendía perfectamente de qué notas se trataba, no conseguíamos una fluidez en su lectura. Se atoraba, se agobiaba,...., ¡se aburría! Y entonces cambiamos el escenario. Del papel pasamos a la pantalla. Primero probamos con algunos juegos musicales interactivos donde debía adivinar notas, poner la nota correcta, y actividades similares. ¡Y ahí se produjo el enganche! Tenía vía libre para coger la tablet o el móvil y jugar, porque aunque estaba aprendiendo para él todo era un juego. 
Pronto la app se le quedó pequeña, superó todos los niveles y sin darse cuenta sus miedos iniciales, su recelo a enfrentar la partitura y su aburrimiento había quedado atrás. De ahí pasamos a otra app más acorde a sus nuevas necesidades. Y un día le puse una partitura de un tema bastante complicado del maestro Handel y ¡premio! Empezó a tocar mientras leía el pentagrama. 
Esto ha dado paso a que en clase, cuando están trabajando sobre alguna nueva pieza hayamos prescindido del papel y su profesora eche mano de su Ipad donde Rayo puede ampliar, reducir, mirar, tocar, interactuar en definitiva con la música. 
Nuestros hijos son nativos digitales, desde muy bebés han estado rodeados de dispositivos tecnológicos que han ido modelando su manera de aprender. En casa, sin darnos cuenta les hemos predispuesto a ello. ¿Qué niño no juega o aprende con una tablet o un móvil? 
Resumiendo, ¿qué ventajas obtenemos al permitir a nuestros hijos el uso de las nuevas tecnologías?
    • Fomenta que los niños sean autodidactas.
    • Aprenden de una manera interactiva e intuitiva.
    • Los juegos educativos están pensados para favorecer su aprendizaje en áreas como la lecto-escritura, el pensamiento lógico-matemático, el cálculo rápido o la destreza viso-espacial.
    • La implicación del niño es mayor con un dispositivo móvil que con un ejercicio de papel y lápiz.

Rindámonos a la realidad, desde el año 2013 el acceso de los niños entre 5 y 15 años a una tableta ha aumentado, pasando del 51% al 71%. Nuestros hijos han integrado las nuevas tecnologías no sólo en su aprendizaje sino también en sus juegos. Y creo que no se lo debemos negar. Sólo debemos vigilar y supervisar. Y sobre todo debemos desterrar la desconfianza o el miedo a que esto pueda ser nocivo para ellos. Fijáos en la multitud de apps disponibles con juegos educativos que tenemos a nuestro alcance y que  seguro les encantarán. 
Sólo debes buscar un dispositivo apto para todos los miembros de la familia, smartphones y tabletas como las de ASUS, con una interfaz perfecta para los más pequeños. Aparatos muy finos y con un peso reducido que permiten a nuestros hijos un fácil manejo. 
Mi pequeño Rayo ha integrado este nuevo aprendizaje en una de sus actividades preferidas, la música. Ahora sólo queda que podamos hacer esto también en el colegio, ¿lo lograremos? Ojalá.