A este tipo de aplicaciones de energía del sol se le denomina agua caliente sanitaria (ACS) y, a partir de la misma, existen diferentes variaciones y aplicaciones casi desconocidas en nuestro medio pero ampliamente conocidas a nivel mundial; entre ellas, se tiene la utilización de esta energía para calefacción o generación de frio, calefacción de piscinas, agua caliente para industrias, etc., todo esto ha ido evolucionando, hasta el punto que se puede llegar a sustituir cualquier tipo de energía por medio del mencionado procedimiento.
Para un mejor entendimiento se debe precisar que el principio de funcionamiento para aplicaciones de ACS es sencillo: todo empieza con una placa expuesta al sol, se calienta; pero si además esta placa es negra, la energía radiante del sol es absorbida en mayor medida.
Cuando se calienta la placa negra, aumenta su temperatura con lo cual empieza a perder calor por los distintos mecanismos: por conducción a través de los soportes que lo sujetan, por convección a través del aire que le rodea y por radiación. Al colocar un vidrio entre la placa de absorción y el sol, ocurre que, como el vidrio es transparente a la radiación solar pero opaco a la radiación infrarroja, no deja pasar la radiación de mayor longitud de onda que emite la placa al calentarse.
De esta forma se produce una “trampa energética de radiaciones” que impide que la energía radiante que ha atravesado el vidrio vuelva a salir. Claro está que cuando se habla de energía producida por la naturaleza se debe precisar que hoy en día ya se pueden adquirir kits de energía solar en http://www.sitecnosolar.com/, los cuales cuentan con todas las garantías para su funcionamiento y lograr el fin deseado.