El arado y el mar En defensa de la doctrina militar de Chávez, criticada por el Gral Ochoa Antich

Publicado el 25 noviembre 2015 por Jmartoranoster

Toby Valderrama y Antonio Aponte

El General ochoa antich escribe en El Nacional del domingo 22 de noviembre una crítica a la doctrina militar de Chávez. De entrada la califica de absurda. La crítica no es una pieza suelta ni un capricho de este General; al contrario, forma parte del susurro al campo militar, se inscribe en un trabajo inteligente sobre la Fuerza Armada que no se puede enfrentar con consignas, frases altisonante; precisa de una exposición cuidadosa de la doctrina chavista, su defensa.
El escrito del General expone de manera fragmentada los fundamentos de la doctrina militar chavista, y luego revela el carácter político de su crítica cuando dice:
“En definitiva, la concepción chavista de la defensa nacional se orientó por los principios de la Guerra Asimétrica al considerar, sin fundamento alguno, a Estados Unidos como el enemigo potencial de Venezuela y no evaluar nuestras verdaderas hipótesis de conflicto y la multiplicidad de amenazas existentes en contra de nuestra soberanía y estabilidad social. La tradicional doctrina militar venezolana estaba orientada por los principios de la Guerra de Tercera Generación y buscaba darle respuesta a estas hipótesis de conflicto y a las reales amenazas de nuestra sociedad”.
En este párrafo está resumido el plan de la restauración del papel antipatriótico de la Fuerza Armada, que debe ser el centro de la discusión militar en estos momentos. Veamos.
Ya lo dijo el clásico, “la guerra es la política por otros medios”. Se deduce que la doctrina militar es, en esencia, una doctrina política. Ya vamos entendiendo la posición del General ochoa cuando nos dice “… al considerar sin fundamento alguno a Estados Unidos como el potencial enemigo de Venezuela”. Allí se parten las aguas de la política. Si los Estados Unidos no son el enemigo fundamental, entonces, no se es antiimperialista, y como consecuencia no somos anticapitalistas. Es decir, esa postura, esa hipótesis de conflicto con los gringos se desprende de la construcción del Socialismo, de la soberanía nacional, de la construcción de la verdadera Patria. Ya lo dijo Chávez, la única manera de tener Patria es con el Socialismo, y avanzar hacia el Socialismo nos enfrenta necesariamente con los gringos. Esa amenaza no es inventada por Chávez, ya Bolívar presagió el designio del imperio gringo: “parecen destinados por la providencia para plagar a la América de miseria y oprobio”.
La posición de ochoa antich es parte de los planes de restauración de la derecha, que contemplan el regreso a las formas capitalistas francas, a la entrega de la soberanía. En lo petrolero, que PDVSA regrese a ser una empresa meritócrata, un enclave capitalista, imperialista, en el corazón de la Patria. En lo político, el bipartidismo cuarto republicano, sin excluir una etapa de dictadura. En lo militar, una Fuerza Armada capaz de dar respuesta a lo que el General ochoa llama:
“La tradicional doctrina militar venezolana estaba orientada por los principios de la Guerra de Tercera Generación y buscaba darle respuesta a estas hipótesis de conflicto y a las reales amenazas de nuestra sociedad”.
Que es, en realidad, garantizarle la paz a la oligarquía, esa doctrina se evidenció el 27 de febrero.
En el país está planteada una situación de crisis, caracterizada por la discrepancia en la forma de restaurar el capitalismo, en la manera, el ritmo, la velocidad de revertir el camino que nos dejó trazado el Comandante Chávez. Por un lado, está la socialdemocracia que dirige el gobierno, que propone un regreso a medias, duro en lo declarativo, discurso demagógico contra algunos emblemas capitalistas, como mendoza; y blando en la práctica, estimulante del capitalismo, cuando prestigia las “expo” donde aúpa a los empresarios, los nuevos y los viejos, o cuando regala taxis por miles formando así microempresarios de clara conciencia egoísta, enemigos del Socialismo. La restauración se va concretando de manera espontánea, avanza hasta chocar con la ambigüedad del gobierno, de lo político que no termina de engranar con lo económico.
La otra forma es la derecha externa, francamente pro gringa, en oposición a los capitalistas rusos y chinos, que propone pasar al capitalismo de una vez, en todos los campos. Terapia de choque respaldada por la derrota de la doctrina militar de Chávez.
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