El árbol de la vida

Publicado el 14 enero 2012 por Cinehólico
Terrence Malick con esta película genera amores y odios. Se gana la Palma de Oro en Cannes en el 2011 y si de lenguaje cinematográfico se trata,  pues es eso en esencia: cine con toda su artillería.
La tensa y violenta relación de un padre y sus hijos tan común en todas las culturas, épocas y contextos se disecciona con lentitud y profundidad. El tránsito del hijo mayor hacia el odio intenso hacia su padre se cuenta con maestría y a cada instante, augura un desenlace fatal. 
Los actores forman parte de la escenografía, son sólo referencias, esbozos de personas reales que elevan al film a una categoría casi etnográfica, documental si se quiere, gracias a que el director los utiliza para alimentar el relato plagado de detalles, y que fundamentalmente más que ilustrar una historia, busca generar sensaciones y sentimientos;  apoyándose en la música de Alexandre Desplat y la fotografía de Emmanuel Lubezki
Lo que se ve algunas veces parece recrear el estado ánimo de la madre atribulada, o del padre digno representante de la cultura protestante republicana de norteamérica. El amor filial plagado de tensas relaciones de poder, de la complicidad y el amor, de la fraternidad y la confianza, la violencia y la soledad  entre los padres y los hermanos, se recrea con el mundo creándose y el devenir de la naturaleza existiendo. Incluso puede tratarse de la autobiografía del director que nace en Waco Texas, lugar en el que sucede la historia.
En definitiva no es un film fácil de digerir pero si es de sobra una obra maestra del cine actual.
Brad Pitt y Jessica Chastain se lucen. En cambio Sean Penn la tiene difícil, solo camina de manera errática y hace caras en los pocos minutos del film en los que sale. Los tres hermanos, sobre todo el mayor y el del medio (Hunter McCracken y Laramie Eppler) son sublimes en sus caracterizaciones y relaciones.
En la foto: Sean Penn, Jessica Chastain y Brad Pitt caminan por la alfombra roja en Cannes 2011.
El huraño y nada mediático Terence Malick es un ejemplo de realizador que se toma su tiempo para sacar cada una de sus películas. Se mantiene por fuera del ritmo de la industria y se puede decir que está en las antípodas del arquetipo de director hollywoodense (léase Steven Spielberg). En su larga carrera sólo ha hecho seis películas: Badlands (1973) con la que dio a conocer su cine de autor. Días del Cielo (1978) y luego da un salto de 20 años y estrena  la Delgada Línea Roja en 1998, film antibélico con el ritmo propio del realizador se gana el Oso de Plata en Berlinale, película coral plagada de estrellas (Jim Caviezel, Billy Bob Thorton, Bill Pullman, Martin Sheen, Lukas Haas, Sean Penn entre otros). Luego en el 2005 se estrena El Nuevo Mundo con Colin FarrellQ'orianka Kilcher recreando el amor real de la indígena Pocahontas y John Smith. Su quinta película, esta: el Árbol de la vida y se encuentra en post-producción y a estrenarse en el 2012: The Burial.