Había una vez un bosque que tenía muchos árboles y coloridas flores. Allí las mariposas enlazaban cientos de colores mientras que otras se embriagaban con su dulce néctar.
A veces, estas mariposas, por los penetrantes rayos del sol, se vislumbraban de color plata y otras de color oro.
Y finalmente el valor del autocontrol, el diálogo, el esfuerzo, el trabajo, la valentía, la autoestima y la diversión para las hojas.
Después de haber terminado de construir el árbol de los valores se marchó a jugar.Volando libremente por el bosque, dejaba un círculo de luz tras su vuelo para que las mariposas lo atravesaran.En seguida, bajaron a los llanos del bosque, formaron un círculo sobre las verdes hierbas y bailaron alegremente. Entre cantos y música el hada Sarita aprendió a bailar el vals de las mariposas. Y con ese mismo baile se acercó al árbol de los valores; pero lloró tristemente cuando descubrió que su árbol era el único que no había florecido. Viendo la mariposa Rosa el llanto del hada se acercó a explicarle._ Tu árbol no ha tenido flores porque entre todos los valores que te di a escoger no escogiste el valor más importante._ ¿Y cuál es el valor más importante? _ preguntó el hada Sarita entre lágrimas._ ¡El valor más importante es el amor!_reveló la mariposa Rosa.Al escuchar esto, el hada Sarita voló velozmente y colocó el valor del amor sobre el árbol y éste comenzó a florecer.
Con este acontecimiento el hada Sarita entendió la importancia de los valores y sobre todo... el valor del amor.
Autora: María AbreuSiempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. (Efesios 4:2) |
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