Leyenda del árbol de navidad
La tradición del árbol de Navidad tiene unos orígenes muy confusos.
Desde la antigua creencia germana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas…
Los primeros cristianos que llegaron a Europa, al descubrir que los bárbaros celebraban el cumpleaños de unos de sus dioses, adornando un árbol perenne, en la fecha próxima a la Navidad, tomaron progresivamente la idea del árbol cambiándole totalmente el significado.
Las tradiciones escandinavas cuentan que sus habitantes celebraban el nacimiento de Frey, Dios del Sol y la Fertilidad adornando un árbol, mismo que simbolizaba el árbol del universo. En su copa se encuentra una morada de los dioses (Asgard) y el palacio de Odín (Valhalla), en sus raíces se encuentra el reino de los muertos (Helheim). Después de la evangelización los cristianos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo.
Otro significado del árbol de navidad se semeja al árbol del Paraíso del que Adán y Eva comieron sus frutos y de ahí vino el pecado original; esto nos recuerda que Jesús vino a ser el Mesías para la reconciliación.
Pero lo cierto es que los orígenes e historia del árbol de navidad está llena de otras leyendas e historias muy diversas:
Una de estas historias habla de un generoso sacerdote que vivió hace 400 años en Alsalcia y cada Noche de Navidad, repartía entre los habitantes menos favorecidos de su pueblo alimentos, ropa y dinero que recolectaba durante el año.
Un día, mientras preparaba los paquetes para sus fieles más pobres, el sacerdote admiró la hermosa noche y se le ocurrió colgar los regalos en las ramas de un abeto próximo a la iglesia. Los pobres podrían así disfrutar además del cielo estrellado de aquella noche clara mientras se cantaban bajo el árbol cánticos sagrados. Tan agradable resultó la reunión que desde entonces el árbol fue el centro de la fiesta navideña.
Otra leyenda lleva la tradición a Inglaterra y la sitúa en el siglo XVIII bajo el reinado de Jorge III. La esposa del Rey, la Reina Carlota, se caracterizaba por su bondad con los súbditos y en el año 1.765 decidió instalar en uno de los salones más grandes de palacio, un árbol de Pascua adornado con guirnaldas, luces, juguetes y toda clase de regalos.
Hasta la leyenda del niño:
Cuenta esta leyenda que durante una muy fría noche de invierno, un niño buscó refugio en la casa de un leñador y su esposa. El matrimonio ya anciano, lo recibió y le dio de comer. Durante la noche, el niño se convirtió en un ángel vestido de oro: era el niño Dios. Para recompensar la generosidad de los ancianos, el niño tomó una rama de un pino y les indicó que la plantaran, indicándoles que cada año daría frutos. Y así fue: el árbol dio cada año por navidad manzanas de oro y nueces de plata.
También se dice que San Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania, tomó un hacha y cortó un árbol que representaba al Yggdrasil (aunque también pudo ser un árbol consagrado a Thor), y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne, simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas.
Las manzanas simbolizan el pecado original y las tentaciones, mientras que las velas representaban la luz de Jesucristo como luz del mundo. Conforme pasó el tiempo, las manzanas y las luces, se transformaron en esferas y otros adornos.
Después de añadió la tradición de poner regalos para los niños bajo el árbol, enviados por los Reyes Magos, Olentzero o Papá Noel dependiendo la leyenda de la región donde se encuentre.
La tradición del árbol de navidad se desarrolla ya ampliamente en el siglo XIX, especialmente en Europa, aunque pronto se extendió a América y finalmente a otros continentes.
Sea un árbol artificial o natural, lo cierto es que uno de los ritos insustituibles de hoy los días previos a la Navidad es adornar el árbol con luces, bolas, piñas, campanas, estrellas, etc… y, por supuesto, un pesebre que simbolice el nacimiento del Niño Jesús.
Fuentes | Euroresidentes, El Cívico, El almanaque.
Imagen | Foro de fotos.