Verdades Ocultas
El árbol que murio vírgen
Era una tarde de lluvia un tanto doliente, las ventanas lloraban y en su reflejo interno yacia una mujer inérte.
Se presionaba el pecho con la palma de sus manos, daba la impresión que evitaba la rotura de una supuesta sanada herida y no dejar expuesto su humilde corazón.
Miraba el horizonte cercano; su mirada era muy celosa y un tanto llena de furór, vigilaba toda sombra desplazada, no importaba la raza, el credo, ni su valor, para ella todos son iguales; todos eran un solo color.
Era guardiana inmóvil de lo que una vez dejó su marido en vida, una semilla en la alberca que una vez brotó, no dejaba acercarce ni adultos, niños ni perros, es una real certeza que a ese árbol en tantos años, nunca nadie tocarlo se atrevió.
Quien puede vivír con una pesada tristesa, cargamos los años en la espalda y aveces nos empuja un leve viento o la ira de Dios.
Así paso los años y el tiempo,llegaron melodiosas primaveras y despiadados inviernos, la mujér de la ventana pareciera nunca se despegó,pero la carne no era la misma,vieja, sola y triste,los años fue su única compañía y el árbol una preocupación que núnca expiró.
Se cayeron las últimas hojas de vida aferrada, el viento en una procesión se las llevó, había muerto la anciana; mirando la hallaron el huerto que tánto amó, nadie lloró aquel día, a nadie su aunsencia le importó, volvieron a nacer los dias en su aura, y la gente vivió como siempre vivió, alejados de aquél árbol transitando como sombras de un solo color, nadie lo hacia por respeto, tan solo quedó la costumbre, mantenerse alejados de una historia un tanto extraña, de un hombre que dejó una semilla y una mujer que su brote hasta la muerte lo cuidó.
Pasaron algunos años, todos ya no eran los mismos, nuevos brotes de vida andantes y los nidos de oro en la cabeza se tornaron en colores de plata y algunos se encuentran en algún mundo paralelo, donde renace la vida después de la muerte.
Los años pesaron tanto para la gente como para el mismo árbol, la gente a él nunca de acercó, incluso es atrevido pero muy cierto que hasta el viento cambiaba toscamente su curso y desviaba su presencia para no dañar lo que ya era una tradición,nunca recibió una caricia, a él nunca lo regaron, en el nadie escribió sus notas de amor, evitaban mirarlo es cierto, pero era innegable poder ver tanta tristesa, pareciera el árbol buscar su propia muerte, sus frutos caidos y las hojas revueltas; hacian una suerte de autosepulcro.
Cuando murió el árbol,se reunieron la gente del pueblo,le lloraron y lamentaron su suerte, fue increible lo tanto que en silencio se le amó, fue increíble lo que se le quería y fue mas increible que un árbol les arranque una tristesa; cuando por la anciana su muerte a nadie le importó.