Sin duda alguna, cuando uno tiene la suerte de tener una casa que cuando sales al exterior lo que ven sus hojas no son edificios y gente corriendo, sino lo que ve son los campos sembrados de trigo o cebada, o simplemente los campos en estado de barbecho, eso es una gran suerte... Pero si a todo eso le añades el poder observar el Arco Iris cuando está lloviendo.... eso si que es un lujo.
Desde pequeña me ha atraído muchísimo este fenómeno de la Naturaleza, hasta que punto que no hace mucho escribí un cuento que titulé El Arco Iris , en el que él estaba muy presente.
Y si con uno no tienes bastante para deleitarte y absorber toda la energía que desprende, porque no dos....
Esto es lo que pasó una tarde de otoño,.