Dicen que los españoles en tierra propia nos eclipsamos en guerras, guerrillas y rencillas varias, y que cuando salimos fuera del terruño, nos crecemos..., lo cierto es que algo de cierto debe de haber.
Los tres o cuatro referentes españoles significados en la masonería, de los que me viene al recuerdo más allá del los Pirineos y que han dejado huella han sido han sido Manuel Fernández Juncos, el pedagogo Jose Narganes de Posada , o Lorenzo Frau Abrines, autor del famoso Diccionario Enciclopédico de la Masonería. A esta larga nómina a la cual podríamos ir sumando algunos masones, debemos añadir al francmasón Francis de Paula Castells (1867-1934) del cual, como de algunos de los reseñados, sabemos más bien poco, y de lo poco que se sabe lo ha escrito Alberto Moreno Moreno, en la solapa y en un pequeño trabajo que cierra su nueva aportación como es la traducción del libro: Análisis Histórico del Ritual del Santo Arco Real publicado en Londres n 1929 y editado ahora por Masonica.esSu autor F. Paula Castells nació en Mataró, y fue educado debido a su carácter en Barcelona por el pastor baptista Erik Lund, un misionero sueco que había estudiado Teología en Seminario de Betel en Estocolmo, donde coincidió con el también misionero malagueño Francisco Paula Previ, los cuales abrirán en 1878 una iglesia baptista en Figueres. Por tanto cabe preguntarse ¿Es este Paula Preví, familiar de Pula Castells? De F. Paula Castells, sabemos que estudió en Inglaterra cursando estudios en el King´s College, y conocemos también que en 1891 contrajo matrimonio con Mary Smith , de cuyo enlace nacerán dos hijos: Francis Theodore y Edmund; El resto nos los explica la biografia anexa al libro « con 22 años viajará con a otro misionero y masón Manrique Alonso Lallave, a Filipinas» dando lugar de este modo a todo un periplo masónico de primera magnitud en los temas evangélicos, y cuyo destino que ahí arrancará su membresía masónica puesto que sabemos que se inició en logia Integridad Nacional nº 1, siendo fundador de otra denominada Unión nº 2, ambas con sede en Manila. Así mismo gracias a las intensas labores de búsqueda de Alberto Moreno, hemos conocido más datos, pues se le tiene fichado como miembro en las logias Brexleyheath nº 2429, donde reafilió en su regreso a Inglaterra, se tiene constancia de su membresía en la logia Lullingstone nº 1837, donde transcurrió la mayor parte de su vida masónica, y en la cual ingresa el 8 de Octubre de 1912. Se conoce parte de su currículo masónico: «en 1924 ocupa el Oficio de Capellán de la Logia, y en 1926 es honrado con el cargo de Pasado Asistente Gran Experto de Caridad, siendo ese mismo año instalado como Primer Gran Principal del Capítulo Lullingstone nº 1837. Antes de ser honrado como tal, Castells ya figuraba ya como Pasado Asistente Gran Capellán Provincial 2429».Un trasunto ritual en el que intervienen legendarios Grandes Maestros: rey Salomón, Hiram, el rey de Tiro e Hiram Abiff, que son quienes conocen la palabra misteriosa, tras la desaparición del último, y por tanto la esencialidad del Real Arco radica en la búsqueda y descubrimiento accidental de esta palabra, que es el nombre misterioso de Dios, y ha tenido gran desarrollo a partir del siglo XVIII con la emergencia de los grados «escoceses» en la Europa continental, aunque se tienen exaltaciones al Arco Real documentadas en varios lugares , en 1752 bajo la jurisdicción de la Gran Logia de York , y los Modernos tenían la suya en 1766, y los irlandeses desde 1720 ya tenían la suya, habiendo un presentación pública de todos los Oficios del Arco real en Dublín en 1740. En suelo americano se constata, según nota al pie de texto, que la logia Fredericksburg (Virginia) en 1753 otorgó Patente a los colonos locales, siendo el primer Capítulo en suelo americano en Boston 1762, el San Andrés, « formado por exiliados jacobitas escoceses» En todo caso el Real Arco es fruto de varias teorías y especulaciones, la paternidad del Caballero Ramsay, y otras más ligadas al Continente y a ciertos préstamos del escocismo lo cual complica aún más su origen, habiendo quien lo sitúa como una adición inglesa al 3º grado, dentro de la progresión escocista y sus similitudes con el actual 13 º Grado del REAA., siendo un grado que está dentro de los actas de los Anciens de Dermott.Este era un grado conferido únicamente a los Venerables de las Logias, el cual se siguió practicando hasta el Act of Unión de 1813, desde cuya fecha la Gran Logia Unida de Inglaterra no parecía ver con buenos ojos que se siguiera en esa línea, lo que hizo que se fundara la Grand and Royal Chapter.
Existen dos líneas rituales, una inglesa en la cual el candidato descubre la palabra misteriosa en la reconstrucción del Templo de Jerusalén después del cautiverio en Egipto de los hijos de Israel; y la otra línea es la irlandesa-americana que son diferentes, ya que sus referentes portan otros títulos.
Partiendo de esta somera exposición que a buen seguro que no estará dentro de los cánones establecidos y podría ser más extensa y matizada, indicar que el libro traducido por Alberto Moreno, en el cual echo de menos algunas notas aclaratorias, es un excelente trabajo de traducción de un libro indicado principalmente para los practicantes del Royal Arc, puesto que para el resto es algo que nos coger de soslayo.El conocimiento que demuestra Paula Castells es extraordinario y con su trabajo no se dirige a miembros externos al Royal Arc, puesto que no da pautas rituales pero aporta los datos para el debate y la clarificación de conceptos y hechos, no tanto para reunificar el Real Arco, sino para establecer los criterios de debate para conocimiento de unos y otros, dada la disparidad de tendencias rituales existentes. Tenemos por tanto un buen texto, en la línea que ha emprendido Alberto Moreno, de darnos a conocer la Masonería Antigua, en cuya tarea vemos que ha habido interesantes antecesores, muy interesados en discernir puntos y conceptos, dado el trabajo de F. Paula Castells. Felicitar una vez más Alberto Moreno, por el hallazgo de este personaje y su obra, la cual mucho me temo que nos irá traduciendo y aportando en su laborioso trabajo de aportaciones. Victor Guerra