Todo lo que existe obra, pues si algo es absolutamente pasivo no es nada en absoluto.
Todo lo que obra permanece, en la medida en que tal debe darse como productor en potencia en un estado anterior a la producción de lo obrado y como productor en acto en otro estado posterior en el que lo obrado es efectivo. Luego, en tanto que productor y mientras produce, lo que obra es idéntico a sí mismo.
Por el contrario, todo lo que fluye se divide en distintos estados, anteriores y posteriores, y en tanto que fluye es distinto a sí mismo. Todo lo diviso es dividido por sí o por otro. Si lo diviso se divide a sí mismo, en el acto de dividir es simultáneamente uno como causa y múltiple como efecto, a saber, es idéntico a sí mismo como productor que no fluye, permaneciendo en el ser, y distinto a sí mismo como producto que fluye del no ser al ser. Es decir, es y no es, lo que es absurdo.
Luego lo diviso es dividido por otro.
Si todo fluye, lo que divide es también dividido, dándose una división sin término y un aumento indefinido de lo anterior y lo posterior. En consecuencia, si todo fluye, nada permanece; si nada permanece, nada obra; si nada obra, nada divide; y si nada divide, nada fluye. Por tanto, si todo fluye, nada fluye, lo que carece de sentido, por lo que la premisa según la cual todo fluye es falsa. Asimismo, si todo lo que existe obra y si todo fluye nada obra, síguese que si todo fluye, nada existe.
Sentado lo anterior, postúlase que, si algo existe, o bien fluye o bien permanece. Si todo fluye, nada existe. Si todo permanece, no hay división entre lo que es y lo que deja de ser; sin división, no hay movimiento ni sucesión temporal; sin movimiento ni sucesión temporal no se da la realidad. Ahora bien, se da la realidad. Por tanto, el ser real es la unión de lo que fluye (materia) y lo que permanece (forma). Si la unión da el ser y la división o separación lo destruyen, nada puede ser si no es uno.
Por tanto, la unidad causa la realidad.
Asimismo, la unidad causa la multiplicidad.
Asimismo, si la adición de lo uno es lo múltiple y la realidad o mundo es la adición de lo que tiene el ser, concedido que nada puede ser si no es uno, se sigue que la realidad o mundo es múltiple.
Luego, si la realidad o mundo es múltiple, la realidad o mundo no es causa de sí misma, así como no lo es la multiplicidad.
Por consiguiente, la unidad fuera de la realidad causa la realidad.
Por tanto, Dios existe.