El argumento de Locke (2)

Publicado el 30 agosto 2013 por Tetenoemi @TeteNoemi

Apuntes de lectura basados en análisis de Enrique Dussel.

Apenas un poco de historia

«… I can kill another, or twenty, or hundred, or take from his hands to please myself».
Jeremy Taylor, Ductor Dubitandum, 1660 

John Locke fue el filósofo fundador y sistematizador del empirismo moderno, considerado el primer gran teórico del liberalismo (corriente de pensamiento que nace a partir de las luchas de la burguesía contra el poder de la nobleza y el eclesial con el objetivo de acceder al control político y al libre desarrollo económico)

Entre esas luchas destaca la de la llamada «Revolución Gloriosa» (1688-89) caracterizada de incruenta por los liberales (whigs), por la que el Parlamento logró que el rey protestante Guillermo de Orange regresara de su exilio a Inglaterra tras la destitución de Jacobo II, de los Estuardo, trunfando así la postura sostenida por los whigs, para quienes el poder provenía del contrato entre la nación y la monarquía, contra aquélla del derecho divino.

“Esta pacífica revolución señaló el triunfo definitivo de una nueva estructura social, política y económica basada en los derechos individuales, la libre acción económica y el interés privado, creando las premisas políticas para el ulterior desarrollo del capitalismo en Inglaterra.”[1]. También influyó en la Revolución norteamericana de 1776, la Revolución Francesa de 1789 y Declaración de los Derechos del Hombre.

Los tratados sobre Gobierno

El particular desarrollo de este país [Inglaterra] llevó a la burguesía al poder en 1688-89, produjo la Revolución Industrial a fines del siglo XVIII, y convirtió a Gran Bretaña en el mayor Imperio del siglo XIX. [2]

Este particular desarrollo se comprende a partir de la piratería desplegada en los siglos XVI y XVII y a la trata de esclavos (sería más correcto decir personas esclavizadas).

El Bill of Rights de 1689 limitó el poder de la monarquia y garantizó las elecciones libres del Parlamento y su potestad de legislar. Ese mismo año, Locke publica los Dos tratados sobre el gobierno civil, siendo en el Segundo Tratado donde encontramos los fundamentos del liberalismo. Encontramos sus antecedentes en pensadores como Selden, Taylor, Vaughan, Hobbes

Lo que hará John Locke será proveer la teoría política necesaria para la burguesía sobre los hechos ocurridos, a fin de solventar los problemas que la “declaración de igualdad” les planteaba en el período fundante del imperio inglés[3].

Del Segundo Ensayo

Dussel enfoca su analisis en el Segundo Ensayo (1690), partiendo del capítulo II secc. IV., en el cual Locke caracteriza al estado natural como un estado de «perfecta libertad para ordenar sus acciones, y disponer de sus bienes y personas, tal como lo consideran, dentro de los límites de la ley de la naturaleza» (*). Pero además es un «state of equality», un estado de igualdad, en el que todos están llamados a participar de las ventajas de la naturaleza.

La pregunta de partida y central en el análisis que realiza Dussel es, ante tal premisa, ¿cómo es que Locke llega a la justificación de la esclavitud y el colonialismo? Porque esto es a lo que llegará en sus argumentaciones.

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El mecanismo que utiliza Locke parte de la exigencia de la conservación de la vida, la propia y de las demás personas, pues cualquiera tiene el derecho de castigar a quien infrige la ley natural. Y el ofensor «se declara a sí mismo vivir bajo otra norma que no es la de la razón y la equidad común» (*), y queda por esto desprovisto de sus derechos; y  Locke reitera: «every man hath a right to punish the offender, and be executioner of the law of nature». Cualquiera, pues…

«Esa clase de hombres no se someten a los lazos de la ley común de la razón; por ello pueden ser tratados como fieras» (Cit. Dussel)

( Es interesante reparar en una suerte de deslizamiento pronominal que realiza Locke a medida que avanza en su discurso -y esto lo anota Dussel en un pie de página- en que “cualquiera” se transforma en “yo“, y “ofensor” se transforma en “él“).

Ahora, esta situación de alteración de la ley natural lleva a un «estado de guerra», que en tanto que para Hobbes eran estadios idénticos o simultáneos, para Locke no lo son. Y es a fin de evitar el «estado de guerra» que surge el «estado civil». Pero si en las naciones los hombres se someten a la autoridad intraestatal ejercida por los jueces, no es así en las relaciones entre naciones, pues les falta un juez común, con autoridad común, y en ese caso «… as Jephtha did… Of that I myself can only judge in my own conscience, as I will answer it at the great day to the Supreme Judge of all men». Yo soy juez en mi conciencia, concluye aquí Locke. Y este es el caso de las relaciones coloniales y esclavistas, pues suceden fuera del ámbito de lo intraestatal, y al suceder un conflicto, no hay una autoridad supranacional a la cual recurrir e impera el «estado de guerra». Y dice Dussel en este punto:

El «estado de guerra» es sin embargo un «estado de excepción», a la Carl Schmitt, en la que el Otro, la dignidad de la Alteridad es aniquilada. Esta negación de todo derecho del Otro, que, como veremos queda nuevamente reafirmada en el concepto de «poder despótico», es lo que Locke debía probar, pero al darlo como un supuesto, torna tautológico todo su argumento.

En próximo post proseguiré con el concepto de «poder despótico» al que alude Dussel.

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(*) La traducción es mía.
[1] Tomás Varnagy : Cap. II. El pensamiento político de John Locke y el surgimiento del liberalismo. en: La filosofía política moderna. De Hobbes a Marx, Atilio Boron, CLACSO, Bs As.
[2] Ibíd.
[3] Franz J. Hinkelammert, La inversion de los derechos humanos: el caso de John Locke, Revista Pasos Nro: 85, Segunde ëpoca 1999: Setiembre- Octubre.

 

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