Lo necesario es aquello que no puede no existir, mientras que lo contingente es aquello que puede no existir. Ambos carecen de potestad para reducir al otro a la imposibilidad, toda vez que ello destruiría su propia noción. Lo probamos mediante dos hipótesis:
a) Si todo es contingente, es imposible que algo sea necesario y es necesario que todo sea contingente. Luego, si todo es contingente, no todo es contingente, puesto que la contingencia se convierte en necesidad. Es falso, en consecuencia, que todo sea contingente. Ahora bien, sólo existen dos clases de seres posibles: los contingentes y los necesarios. Se sigue, pues, que si algo es contingente, algo es necesario.
b) Si todo es necesario, es imposible que algo sea contingente, es decir, nada se distinguirá de lo necesario, y todo lo que no sea necesario será imposible. Por tanto, lo necesario no podrá causar lo no necesario y dar una existencia temporal a lo que no la tiene eternamente, pese a que no hay en ello nada que repugne a la razón. Sin embargo, lo necesario sólo puede estar limitado por la razón (i.e. por el principio de no contradicción), por lo que esta hipótesis debe rechazarse mientras no se pruebe con razones evidentes que lo necesario y eterno no puede ser causa de lo contingente y temporal. Por consiguiente, si algo es necesario, es posible que algo sea contingente.
Tomemos, pues, las dos conclusiones:
1) Si algo es contingente, algo es necesario.
2) Si algo es necesario, es posible que algo sea contingente.
Supongamos que el universo es necesario, esto es, es causa de sí mismo y es la totalidad del ser. Habrá que inferir, en base a la segunda conclusión, que es posible que algo sea contingente, y dado que el universo es la totalidad del ser, será posible que el universo sea contingente. Ergo es falsa la suposición que estima que el universo es necesario, ya que es imposible para lo necesario ser contingente en todo o en parte.
Dado que hemos alcanzado esta verdad, a saber, que el universo o realidad es contingente, deduciremos en base a la primera conclusión que algo distinto del universo es necesario. Este ser necesario será un no-universo: no material, no espacial, no temporal y no limitado por nada, excepto por la sola razón. Además, será causa del universo. Puesto que el universo es contingente, su causa deberá contemplar todos los infinitos universos posibles antes de determinarse a crear dicho universo en particular. Esta contemplación y esta determinación suponen que la causa posee entendimiento, voluntad y un poder sin límites. Tal ser absolutamente simple, eterno, perfecto y creador del universo es Dios.
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