El arma de los libros

Publicado el 10 mayo 2014 por Javier Marcos Angulo @clamorsegovia
Muchos (o algunos) recordaréis aquellas primeras lecturas cuando eramos un poco más jóvenes. Tengo en mi memoria (cada vez un poco más decrépita) aquellos libros de Julio Verne, ese maravilloso soñador de verdades futuras que incrustó en mi mente casi sin estrenar.
Ahora releo libros de aquellos tiempos que pasaron por mis manos con verdadero frenesí, para encontrar de nuevo esa calma necesaria que hace a la imaginación poner música y pintura a los relatos de esas mentes privilegiadas, para enseñarnos el camino maravilloso que nos brindan y entrar de lleno en las historias que nos hacen ser personas importantes y nuevas.
Un libro que releo muchas veces (escogiendo capítulos o pasajes concretos) es el Quijote, ese libro que de verdad debería ser obligatorio en los estudios de nuestros jóvenes. ¡Cuánto sigo aprendiendo! ¡Cuánto sigo imaginando!
Estas sí, son verdaderas armas de concordia para la humanidad. Siempre he dicho y escrito que tenemos una variable en nuestra vida que no es otra que el tiempo. Es una variable maravillosa, es mutante continua, en donde enlazarnos sin pérdida todo nuestro ir y venir de nuestras vidas.
En definitiva es una lección donde el arma de los libr0s se convierten en canales libres exactos de nuestra imaginación, y así podemos recordar a los grandes poetas y escritores en general de muchos autores, que nos hacen adictos de esta maravillosa arma: los libros.
La mejor forma de entender a los libros es precisamente es su lectura. Nos enseñan las verdades de otros que pueden ser nuestras y así acumular nuestro conocimiento y sensibilidad únicas, dejan de ser del autor para hacerlas nuestras, con nuestro libre albedrío sin cortapisas; mi mente es mía pero el libro es del autor.
¡Qué maravilla poder tener esa simbiosis leyendo! ¡Que delicia recitar versos de los poetas!
Te sientes actor de lo que otros escribieron y te hacen partícipe de esta maravillosa arma de los libros.